Después de varios aplazamientos debidos al mal tiempo, un cohete Falcon 9 de SpaceX lanzó este jueves la misión PACE (Plankton, Aerosol, Cloud, Ocean Ecosystem) de la Nasa a una órbita heliosincrónica desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 40 (SLC-40) en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral. en Florida.
Este fue el cuarto vuelo del propulsor de primera etapa que apoya esta misión, que anteriormente lanzó Crew-7, CRS-29 y una misión Starlink.
La nave espacial PACE se ha separado de la segunda etapa del cohete Falcon 9, comenzando su misión científica desde una órbita sincrónica con el sol a unas 420 millas sobre la superficie de la Tierra.
Esta misión marca un paso adelante, ya que se espera que PACE amplíe y enriquezca dos décadas de observaciones satelitales dedicadas al estudio de la biología oceánica global, los aerosoles y las nubes. Los datos recopilados por esta misión jugarán un papel fundamental en la comprensión de la compleja dinámica entre el océano y la atmósfera, especialmente en lo relacionado con el intercambio de dióxido de carbono.
La diversidad de información recolectada también permitirá a la Nasa medir diversas variables atmosféricas críticas que tienen un impacto directo en la calidad del aire y el clima terrestre. Además, se espera que esta misión sea clave en la vigilancia y la monitorización de la salud oceánica. Para ello, se centrará en el estudio del fitoplancton, esas diminutas pero fundamentales plantas y algas marinas que constituyen la base de la red alimentaria del océano.
La misión PACE representa una oportunidad para adquirir conocimientos más profundos sobre el planeta desde una perspectiva orbital. Los descubrimientos que se obtengan tendrán un impacto crucial en la comprensión de la interconexión entre los sistemas oceánicos y atmosféricos, aportando así información esencial para la preservación y gestión del medio ambiente.