SpaceX ha lanzado con éxito su sexta misión Starlink. Un Falcon 9 despegó ayer del complejo de lanzamiento 39A (LC-39A) en el Centro Espacial Kennedy de la Nasa, en Florida (EEUU), con 60 nuevos satélites para su constelación, que ya suma 350.
Sin embargo, no pudo recuperar la primera etapa del cohete, lo que supone el segundo fallo consecutivo de la compañía en una misión Starlink.
Además, el CEO de SpaceX, Elon Musk, dijo en su cuenta de Twitter que el Falcon 9 experimentó la pérdida de uno de sus nueve motores durante el viaje al espacio, pero, aun así, pudo hacer llegar su satélite Starlink a su órbita. “Se produjo un apagado del motor antes de tiempo durante el ascenso, pero no afectó a la llegada a la órbita. No obstante, realizaremos una investigación exhaustiva antes de la próxima misión”, comentó Musk.
El CEO no abordó si el apagado prematuro del motor pudo afectar a la incapacidad de SpaceX de recuperar la primera etapa del cohete, que estaba completando su quinto intento, el mayor de la compañía.
El pasado 15 de marzo, la compañía canceló el lanzamiento del cohete segundos antes del despegue, debido a un problema de potencia del motor del Falcon 9.
Los satélites Starlink se desplegaron en una órbita elíptica de aproximadamente 15 minutos después del despegue. Antes del aumento de la órbita, los ingenieros de SpaceX llevarán a cabo revisiones de datos para asegúrarse de que todos los satélites Starlink estén funcionando según lo previsto. Una vez que completado, los satélites usarán sus propulsores de iones a bordo para moverse hacia sus órbitas previstas, una altitud operativa de 550 kilómetros.
Cada satélite Starlink pesa aproximadamente 260 kilogramos y presenta un compacto diseño de panel plano que minimiza el volumen, lo que permite una pila de lanzamiento densa para aprovechar al máximo las capacidades de lanzamiento del Falcon 9.