Los pilotos se oponen radicalmente a la eliminación de uno de los dos pilotos en la cabina de vuelo para sustituirlo por una Inteligencia Artificial (IA) que actualmente está valorando la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), que atentaría contra la seguridad del vuelo, y de los viajeros, según manifiesta el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla).
“La IA es una gran herramienta de apoyo en la aviación, para la optimización de rutas, la gestión del flujo de tráfico aéreo o la automatización de procesos en cabina. Pero nunca podrá sustituir la presencia del ser humano en las operaciones. Existen una serie de habilidades humanas y emocionales que la IA no es capaz de replicar, y que son fundamentales para la toma de decisiones en momentos críticos. No hay mayor garantía de seguridad que contar con dos pilotos experimentados, bien entrenados y descansados en la cabina de vuelo, ni mayor riesgo que romper esta barrera de seguridad”, subraya Fernando Miragaya, presidente de Sepla.
Con su campaña ‘UniDOS por tu seguridad’, Sepla pretende concienciar a la sociedad del riesgo que representan las operaciones con tripulación reducida (Reduced Crew Operatios, RCO). Y forma parte de las organizaciones del sector de la aviación a nivel mundial que mantienen una batalla activa para conseguir eliminarla de la agenda europea, como la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (ALPA), la Asociación Europea de Pilotos (ECA) y la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA), así como las Asociaciones de Pilotos de Star Alliance (ASAP), Oneworld Cockpit Crew Coalition (OCCC) y SkyTeam Pilots Association (SPA).
“Recientemente, EASA ha retrasado de 2027 a 2030 la fecha para tomar una decisión al respecto de la reducción de pilotos en cabina. Nosotros somos optimistas y confiamos en que no sea un simple retraso, sino que, entre todos, logremos presionar para eliminar de raíz esta idea insensata y temeraria, y mantener los estándares de seguridad que han convertido a la aviación en el medio de transporte más seguro”, sostiene Miragaya.
“En la aviación, la redundancia es el pilar fundamental de la seguridad. Los sistemas redundantes hacen posible que, si una parte del avión falla o se comporta de un modo irregular, haya un plan B, o incluso un plan C, que permita solventar el error, con lo que se reducen al máximo las probabilidades de riesgo. Esta redundancia se traslada también a la cabina, donde comandante y copiloto actúan entre sí de la misma manera, controlándose mutuamente y repartiéndose las tareas que requiere la operativa de vuelo. Están sólidamente formados y entrenados para trabajar en equipo, compartir la carga de trabajo, anticipar riesgos y operar en todos los escenarios posibles”, señala el Sepla.
El comandante es quien decide previamente, de forma equitativa, quién de los dos pilotos realizará las operaciones de aterrizaje y despegue en los vuelos que ambos tengan programados. Durante la operación del avión se completan procedimientos como “antes de la puesta en marcha”, “después de la puesta en marcha”, “rodaje”, “despegue” o “ascenso”. Todos ellos tienen dos columnas: la del piloto que vuela (Pilot Flying, o PF) y la del que monitoriza (Pilot Monitoring, o PM). Este supervisa las acciones del PF, mantiene la comunicación con el control y, si los hay, se encarga de ejecutar procedimientos anormales o de emergencia que requieran mayor atención al propio control del avión por parte del PF.
“Esta actividad perfectamente coordinada es vital para la seguridad de la operativa del vuelo. Además, la experiencia y la pericia acumuladas por los pilotos pueden, en un momento determinado, ser vitales para resolver un incidente imprevisto que requiere de una reacción instantánea. O analizar una situación desde la perspectiva de esa experiencia, y no de los manuales o los protocolos, para tomar una decisión que marque la diferencia”, explica Iñigo Martín Apoita, director del Departamento Técnico de Sepla.