El grupo Indra asegura que el nuevo sistema de aterrizaje por satélite, Normarc GBAS, aporta mayor flexibilidad para que las aeronaves puedan seguir diferentes sendas de aproximación y realicen descensos continuados, más rápidos y cortos a la hora de tomar tierra.
De este modo, se reduce el tiempo de vuelo, el consumo de combustible, las emisiones de CO2 y la contaminación acústica en las inmediaciones. También se recortan los costes de mantenimiento en el aeropuerto, ya que un solo sistema basta para cubrir los aterrizajes en todas las pistas.
“Los sistemas GBAS son una de las tecnologías que los proveedores de servicios de navegación deberán implantar para adaptarse a la nueva realidad y mejorar la eficiencia de costes en el largo plazo”, aseguran desde Indra.
Esta tecnología permitirá a los aeropuertos incrementar su capacidad cuando el mercado se recupere. Al mismo tiempo, las aeronaves podrán volar más alto en su aproximación y realizar descensos más pronunciados y rápidos que reducen las molestias generadas a la población que vive cerca de los aeropuertos.
Esto abre incluso la puerta a la construcción de nuevos edificios residenciales en áreas que hasta ahora no se consideraban habitables o reducir las medidas de mitigación de ruidos existentes en este momento que ya no serán necesarias.
La estación terrena GBAS GAST D está integrada por sensores GPS, una estación de procesamiento y una antena VHF para la transmisión de datos a las aeronaves que se aproximan. Un solo sistema tiene capacidad para gestionar hasta 48 aproximaciones simultáneas, cubriendo todas las pistas y helipuertos del aeropuerto.
La compañía ha instalado estaciones de pruebas en diferentes aeropuertos. La última de ellas, en el aeropuerto de Tenerife Norte, en el que está trabajando con el proveedor de servicios de navegación Enaire para validar el desempeño del sistema en regiones ecuatoriales.