Un dron de vigilancia y comunicaciones a gran altitud Airbus Zephyr se rompió en pleno vuelo después de su lanzamiento hace un año debido a condiciones atmosféricas inestables que provocaron una serie de vueltas y un descenso en espiral descontrolado sobre el norte de Australia Occidental, según informó este lunes la Oficina de Seguridad del Transporte de Australia (ATSB).
Este fue el segundo vuelo fallido consecutivo del programa Zephyr desde un sitio de lanzamiento en el noroeste de Australia, añadió la ATSB en su informe del lunes.
Zephyr es el vehículo aéreo no tripulado (UAV) estratosférico y eléctrico solar líder en el mundo, destaca Airbus, que explica que funciona exclusivamente con energía solar por encima de los fenómenos meteorológicos y del tráfico aéreo convencional. Su capacidad completa la de los satélites, los UAV y las aeronaves tripuladas, y proporciona servicios locales asequibles y persistentes similares a los que ofrecen los satélites.
El vehículo aéreo no tripulado (UAV) Zephyr, diseñado como un pseudo-satélite ultraligero a gran altitud, se lanzó desde el aeropuerto Wyndham el 28 de septiembre de 2019 para un vuelo a gran altitud.
Mientras ascendía a una altitud de 1.585 metros y aproximadamente una hora después del lanzamiento, el UAV encontró condiciones atmosféricas inestables que provocaron un giro no controlado hacia la derecha y un cambio de rumbo de aproximadamente 180° antes de la recuperación automática. La tripulación de control de vuelo en la estación de tierra, compuesta por un piloto remoto, un piloto remoto al mando, un planificador de misión y un ingeniero de pruebas de vuelo, eligió continuar el ascenso y dirigió el UAV hacia el norte en previsión de condiciones más suaves.
Sin embargo, las condiciones atmosféricas se volvieron cada vez más inestables y el UAV, a medida que pasaba a través de los 2.650 metros, experimentó un segundo balanceo sin control, pero nuevamente pudo autocorregirse, con la tripulación aumentando la potencia y dirigiendo la aeronave a condiciones más tranquilas. Las condiciones del viento redujeron la velocidad terrestre a alrededor de un nudo, lo que redujo su capacidad para salir de las condiciones inestables de manera oportuna, y el Zephyr descendió unos 300 metros durante los siguientes siete minutos.
El UAV luego experimentó un tercer giro no controlado hacia la derecha. Incapaz de recuperarse, el UAV entró en un descenso en espiral incontrolado, durante el cual se excedió su velocidad máxima y el ángulo de alabeo aumentó más allá de sus limitaciones estructurales, lo que provocó que ambas alas se fracturaran aproximadamente a la mitad de su envergadura.
El director interino de Seguridad del Transporte de ATSB, Derek Hoffmeister, señaló que el Zephyr eléctrico solar fue diseñado para operar en la estratosfera, por encima del clima y el tráfico aéreo convencional, y era extremadamente sensible a la inestabilidad atmosférica durante las fases de ascenso y descenso.
«Una vez que el Zephyr entró en un área de condiciones atmosféricas inestables que excedían la capacidad de la aeronave para permanecer en la envolvente de vuelo, se produjo una ruptura en vuelo», dijo Hoffmeister.
Otro UAV Zephyr estuvo involucrado en un accidente después de su lanzamiento desde Wyndham en marzo de 2019. El accidente de septiembre de 2019 fue solo el segundo lanzamiento de Wyndham para el programa Zephyr.
“En el momento del incidente, el programa Zephyr se encontraba en su fase inicial de funcionamiento. Como tal, la información sobre las limitaciones estructurales del UAV y los métodos para pronosticar las turbulencias todavía estaba evolucionando”, dijo Hoffmeister. «Sin embargo, los procedimientos de gestión operativos y posteriores a los accidentes fueron eficaces para minimizar el riesgo para el público y el medio ambiente«.
En respuesta a este incidente, Airbus llevó a cabo una investigación que tuvo como resultado varias recomendaciones de seguridad dirigidas a los departamentos de diseño y operaciones del programa Zephyr.
“El número de vehículos aéreos no tripulados y aviones pilotados de forma remota en Australia y en todo el mundo está aumentando rápidamente”, dijo Hoffmeister. “A través de la notificación e investigación de accidentes e incidentes de aviones no tripulados y de aeronaves pilotadas de forma remota, la ATSB puede monitorear tendencias e identificar áreas para mejorar la seguridad.
«Esta información ayuda a mejorar la seguridad de todas las aeronaves y del público en general, lo que permite que este sector de la industria de la aviación continúe creciendo y desarrollándose».