La Federal Communications Commission (FCC) norteamericana autorizó el pasado viernes al proveedor de televisión DirecTV desviar con urgencia el satélite Spaceway-1, de 3.600 kilogramos, a la llamada «órbita cementerio» por temor a que un fallo de sus baterías provoque inmediatamente una explosión.
El satélite fue construido por Boeing y lanzado en 2005. Pero algo debió sucederle a Spaceway-1 en el pasado mes de diciembre que causó daños térmicos «irreversibles» a las baterías internas del vehículo, según la comunicación de DirecTV a la FCC. Debido a este problema, Boeing consideró que las baterías podrían explotar estando en uso. DirecTV ha estado evitando el uso de las baterías confiando únicamente en los paneles solares de Spaceway-1 para obtener energía. Pero pronto, el satélite entrará en zonas de sombra y será imprescindible el recurso a las baterías.
Para evitar el daño potencial a otros satélites, las autoridades estadounidenses permitieron que el proveedor de televisión satelital envíe su satélite a una órbita más alta antes de lo programado.
Direct TV había comunicado a la FCC que su satélite había registrado un fallo importante en sus baterías y no tenía tiempo para agotar el combustible restante antes de desecharlo colocándolo a 300 kilómetros por encima del denominado «arco geoestacionario».
Este arco está a unos 36.000 kilómetros sobre el ecuador y es el depósito de la mayoría de los satélites de comunicación.
La compañía señaló que era necesario completar el procedimiento antes del 25 de febrero, cuando el satélite pasaría a través de la sombra de la Tierra, lo que le obligaría a depender de sus baterías en lugar de sus paneles solares, aumentando así el riesgo de un «fallo catastrófico» que podría afectar a otros satélites.
Según detalló DirecTV ante las autoridades, solamente una «parte» de los 73 kilogramos de su propulsor se quemaría.