Dadas las circunstancias de las nuevas restricciones de vuelos comerciales en los últimos meses debido a la pandemia de coronavirus, podría registrase un número creciente de clientes que compran aviones para uso privado, según informó la pasada semana el diario económico londinense Financial Times.
Ha sido un momento curioso y volátil para el sector del jet privado. Se ha visto muy afectado, pero menos que los operadores de vuelos comerciales. A nivel mundial, los vuelos comerciales bajaron un 66% entre el 1 de marzo y principios de septiembre con respecto al mismo período del año pasado, según cifras de WingX Advance, la compañía de datos de aviación. Mientras tanto, los vuelos en aviones privados bajaron solo un 33% y hacia el final de ese período comenzaron a recuperarse, triplicándose en número desde el punto más bajo en abril.
Sin embargo, el director general de WingX Advance, Richard Koe, dijo que las tendencias de recuperación han comenzado a caer desde mediados de septiembre, lo que indica que «los vuelos de placer están disminuyendo y hay pocos viajes corporativos o de negocios para cubrir el vacío».
Por su parte, NetJets, el principal operador de aviones privados, dice que las consultas de ventas de estos aviones han aumentado constantemente desde marzo. «Los viajeros están dando prioridad a su salud y seguridad», dice Patrick Gallagher, presidente de Ventas y Marketing de NetJets. «Ahora tenemos el triple de nuevos propietarios que teníamos a estas alturas el año pasado».
«El mayor aumento se produce en el uso personal. Normalmente, aproximadamente la mitad de nuestros propietarios viajan solos o en grupo por negocios”, añade Gallagher. «Lo que estamos viendo hoy, sin embargo, son predominantemente viajes unipersonales de gente que viaja para ver a sus seres queridos, se mudan de una casa a otra o buscan escapar de cualquier lugar donde hayan estado confinados».
Los fabricantes de aviones privados están experimentando un cambio similar, asegura el periódico. Gulfstream, fabricante especializado en grandes aviones privados que rivalizan con el Falcon 8X de Dassault, dice que ha aumentado el interés de los compradores primerizos y de las empresas que se suman a sus flotas. “Eso ciertamente afecta a la demanda de nuestros aviones más grandes con mayor capacidad de pasajeros, incluido el G650ER de largo alcance, de 70,5 millones de dólares, y el nuevo G700, de 78 millones de dólares”, dice Scott Neal, vicepresidente senior de Ventas mundiales.
Los compradores también están adquiriendo aviones más pequeños. Según Rob Scholl, vicepresidente senior de Ventas y Operaciones de vuelo de Textron Aviation, “ve un interés y una demanda positivos, principalmente en nuestros turbopropulsores y aviones ligeros. Tenemos clientes que, antes de Covid-19, estaban felices de volar comercialmente pero ahora quieren los beneficios de bienestar y seguridad que brinda su propio avión. Sabes quién ha estado volando en él, conoces a tu tripulación y no tienes que esperar en las terminales del aeropuerto antes de despegar».
Esa es también la experiencia de Jetcraft, principal vendedor de aviones privados. Jahid Fazal-Karim, su propietario y presidente, dice que, si bien hubo algunas ventas de emergencia, incluso de propietarios cuya riqueza provenía de sectores muy afectados como el minorista, la crisis empujó a otras personas a decidirse por comprar. Muchos nuevos compradores provienen del mundo tecnológico y de fondos de cobertura. «Necesitan moverse», dice, «y no se van a alquilar porque hay demasiadas cosas que están fuera de su control». Está habiendo un aumento en la demanda de China y una proporción significativa de compradores en Europa, China y EEUU están comprando para uso personal en lugar de comercial.
Hardy Sohanpal, jefe de Ventas y Adquisiciones de la compañía Global Jet, con sede en Mónaco, apunta: “Dedico gran parte de mi tiempo a convencer a las personas que viajan y ahora están considerando comprar por primera vez, sobre el coste de propiedad”. Los compradores primerizos tienden a subestimar los costes fijos y la importancia de preservar el valor de su inversión, por ejemplo, con protección contra la corrosión, dijo Sohanpal. También desaconseja la personalización radical del interior, ya que eso puede reducir el valor de reventa del avión.
Un Dassault Falcon 7X que vuela 450 horas al año le costaría al propietario entre 5.200 y 5.800 euros por hora, excluyendo el coste de capital y la depreciación. Eso incluiría alrededor de 550.000 euros al año en costes de tripulación, con costes por hora de 400 a 500 euros para mantenimiento y de 850 a 900 euros para combustible. Los costes variarán según las regiones: por ejemplo, los precios del combustible y la mano de obra en EEUU son más bajos. También es importante quién se ocupa de la aeronave.