La introducción de materiales de origen biológico en la producción de aviones puede eliminar el carbono de la atmósfera. Especialistas de Airbus están examinando alternativas a las fibras de carbono derivadas de combustibles fósiles -también conocidas como compuestos de carbono- que se utilizan para construir componentes estructurales de aviones, como carcasas de fuselaje o alas.
Valorados por los fabricantes aeroespaciales por su resistencia, rigidez y durabilidad, los compuestos de fibra de carbono suelen producirse a partir de combustibles fósiles. También se pueden fabricar con materiales orgánicos sostenibles. Airbus ha creado un panel experimental para helicópteros utilizando fibras ‘bioderivadas’, cuyo proceso de producción comienza con la captura del dióxido de carbono atmosférico.
Airbus se compromete a liderar la descarbonización del sector aeroespacial. Si bien esto implica claramente reducir las emisiones de CO2 de sus productos a lo largo de su ciclo de vida, cualquier contribución ayuda, incluida la reducción de las emisiones de carbono de la producción.
Su objetivo es desarrollar y eventualmente industrializar una fibra de carbono de base biológica con el rendimiento y la seguridad equivalentes a los compuestos normales. Esto se puede lograr adoptando la tecnología ‘power to X’, donde ‘X’ representa el producto resultante, como gas, calor o combustible.
En pocas palabras, en este caso ‘power to X’ convierte la energía renovable en productos químicos, incluidos los hidrocarburos sintéticos. Luego se pueden utilizar para producir biofibras. El proceso requiere carbono renovable, que puede provenir de fuentes no fósiles como la biomasa o de la captura de CO2 directamente de la atmósfera.
A nivel de demostradores, los investigadores de Airbus han demostrado que es posible aprovechar el «poder de X» para producir biofibras a partir de un componente químico (acrilonitrilo) derivado del dióxido de carbono atmosférico.