Con casi dos toneladas de valiosos experimentos científicos y otra carga, una nave espacial de reabastecimiento Dragon de SpaceX despega este lunes desde la Estación Espacial Internacional (ISS) para regresar a la Tierra, según informa la Nasa.
Los controladores de vuelo robóticos en el control de misión en Houston emitirán las órdenes para liberar a Dragon usando el brazo robótico Canadarm2 de la estación. El astronauta de la Nasa e ingeniero de vuelo de la expedición 62, Andrew Morgan, apoyará a los controladores de tierra y monitoreará los sistemas de Dragon cuando abandone el laboratorio orbital.
Dragon encenderá sus propulsores para moverse a una distancia segura de la estación, luego ejecutará un encendido para desorbitar mientras se dirige zambullirse en el Océano Pacífico, al suroeste de Long Beach, California, asistido por paracaídas.
Dragon se lanzó a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX hace un mes desde el Space Launch Complex 40 en la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral en Florida y llegó a la estación espacial tres días después.
Algunas de las investigaciones científicas que Dragon trae a la Tierra incluyen:
– Generación de comida nutricional. La planificación de formas de suministrar alimentos para una misión de varios años en la Luna o Marte puede requerir la fabricación de alimentos y nutrientes en el espacio. BioNutrients demuestra una tecnología que permite la producción a demanda de los nutrientes necesarios durante las misiones espaciales de larga duración. Aunque está diseñado para el espacio, este sistema también podría ayudar a proporcionar nutrición a las personas en áreas remotas de nuestro planeta.
– Impresión de órganos humanos en el espacio. La impresión biológica de las estructuras pequeñas y complejas que se encuentran dentro de los órganos humanos, como los capilares, es difícil en la gravedad de la Tierra. La BioFabrication Facility (BFF) intenta dar los primeros pasos hacia la impresión de órganos y tejidos humanos en microgravedad. La instalación también puede ayudar a mantener la salud de las tripulaciones en misiones de exploración del espacio profundo mediante la producción de alimentos y productos farmacéuticos personalizados a pedido.
– Ayudas al corazón. El estudio Engineered Heart Tissues (EHTs) analiza cómo funciona el tejido cardíaco humano en el espacio. Utiliza tejidos 3D únicos hechos de células cardíacas derivadas de células madre pluripotentes inducidas por humanos (hiPSC), esencialmente células madre adultas. Los investigadores esperan diferencias significativas en la función, estructura y expresión génica entre EHT en microgravedad y aquellos en el terreno. Comprender estas diferencias podría ayudarlos a encontrar formas de prevenir o mitigar cambios problemáticos en futuras misiones de larga duración.
– Muestras de la investigación de Biopelículas espaciales, que examinan especies microbianas y su formación de biopelículas, trae Dragon. Las biopelículas son colecciones de uno o más tipos de microorganismos, incluidas bacterias, hongos y protistas, que crecen en superficies húmedas. Un mejor control de las biopelículas puede ayudar a mantener las naves espaciales tripuladas y proteger la salud y la seguridad de los miembros de la tripulación, así como ayudar a prevenir la introducción de microbios terrestres a los cuerpos planetarios en los que aterrizan los astronautas.
Estos son solo algunos de los cientos de investigaciones que brindan oportunidades para que las agencias del gobierno de EEUU, la industria privada y las instituciones académicas y de investigación realicen investigaciones de microgravedad que conduzcan a nuevas tecnologías, tratamientos médicos y productos que mejoren la vida en la Tierra. Realizar ciencia a bordo del laboratorio orbital ayudará a aprender cómo mantener saludables a los astronautas durante los viajes espaciales de larga duración y a demostrar tecnologías para futuras exploraciones humanas y robóticas más allá de la órbita terrestre baja hacia la Luna y Marte.
Durante casi 20 años, los astronautas han vivido y trabajado continuamente a bordo de la ISS, avanzando en el conocimiento científico y demostrando nuevas tecnologías, haciendo que los avances de la investigación no sean posibles en la Tierra que permitirán la exploración humana y robótica de larga duración en el espacio profundo. Como un esfuerzo global, 239 personas de 19 países han visitado el laboratorio de microgravedad único que ha albergado más de 2.800 investigaciones de investigadores de 108 países.