Toledo.- Científicos de todo el mundo analizaron la pasada semana en Toledo los últimos datos obtenidos por el telescopio Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA). El congreso ‘El Universo Molecular’ se celebró en la Real Fábrica de Armas toledana y contó con la presencia de más de 440 investigadores.
La reuniones del congreso se dividieron por temas de debate: formación estelar, objetos del sistema solar, estrellas evolucionadas, formación estelar y moléculas complejas, procesos básicos moleculares, discos protoplanetarios, astroquímica extragaláctica, los exoplanetas y sus atmósferas, herramientas de análisis y bases de datos, nubes difusas y regiones de disociación molecular por radiación.
El Centro científico de Herschel está ubicado en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), en Villanueva de la Cañada, cerca de Madrid. Su principal objetivo es garantizar el máximo impacto y productividad científica de la misión Herschel, dando soporte a la comunidad científica en el acceso y análisis de los datos del telescopio.
”Estamos hechos de la misma materia que vemos en la formación de estrellas y planetas», dice Göran Pilbratt, jefe científico del telescopio Herschel, el mayor telescopio jamás lanzado al espacio, que está resultando una herramienta revolucionaria para el estudio de la química del cosmos. La astroquímica es un área de investigación en auge y constituye el tema central del congreso ‘El Universo Molecular’.
El espacio entre las estrellas es en realidad un gigantesco laboratorio donde -según se ha descubierto en los últimos años- tienen lugar muchas reacciones químicas. Para empezar, la inmensa mayoría de los elementos químicos han sido sintetizados en las reacciones nucleares en el interior de las estrellas -la excepción son unos pocos elementos formados directamente en el big bang en que se originó el universo-. Una vez sintetizados en el corazón estelar los elementos químicos son expulsados al espacio, donde reaccionan y dan lugar a numerosos compuestos.
La última década ha sido crucial en la investigación de lo que ocurre en los laboratorios cósmicos. Por primera vez han sido lanzados al espacio telescopios capaces de detectar muy diversas moléculas. Hasta finales de los años noventa habían sido los radiotelescopios, basados en tierra, los que detectaban moléculas; pero se trataba sólo de moléculas en fase gaseosa. El lanzamiento de telescopios infrarrojos amplió enormemente el panorama de la astroquímica. El pionero fue el telescopio infrarrojo ISO, también de la ESA y precursor de Herschel; ISO fue el primero capaz de detectar en el espacio moléculas en fase sólida. Herschel completa el panorama cubriendo por primera vez todo el infrarrojo lejano.
En total se han identificado ya más de 160 especies moleculares en el espacio. Desde compuestos de carbono complejos, como los que constituyen los ladrillos de los seres vivos, a silicatos cristalinos -que en la Tierra forman la simple arena de playa-, uno de los hallazgos cruciales es que muchos de los ingredientes básicos para la vida y para la formación de planetas se sintetizan en el espacio interestelar.