En el último Consejo de Ministros del Gobierno de Portugal se aprobó un Decreto-Ley que marca el inicio del proceso de privatización de TAP, la aerolínea nacional del país luso . Esta medida pretende vender al menos el 51% del capital de la empresa, con la posibilidad de reservar hasta el 5% de este capital para los trabajadores de TAP.
Fernando Medina, ministro de Finanzas de Portugal, afirmó que «la privatización de TAP está justificada siempre que podamos aumentar la contribución que la empresa hace al crecimiento económico del país». Este es un punto central de la estrategia del Gobierno, que busca garantizar que la privatización de TAP contribuya efectivamente al desarrollo económico de Portugal.
El Gobierno ha esbozado cinco principios estratégicos que deben protegerse durante el proceso de privatización:
– Crecimiento de TAP: Asegurar que la empresa continúe expandiendo sus operaciones y fortaleciendo su presencia en el mercado.
– El Crecimiento del Hub Nacional: Promover el desarrollo del aeropuerto de Lisboa como un hub de conexión de relevancia internacional.
– Garantizar la inversión y el empleo en actividades de alto valor en el sector de la aviación: Fomentar el crecimiento de actividades especializadas y empleos en la industria de la aviación.
– Garantizar el crecimiento de las operaciones punto a punto: explorar las capacidades no utilizadas en los aeropuertos nacionales, con énfasis en el aeropuerto de Oporto.
– Maximizar el valor financiero para el país: buscar ofertas de adquisición que proporcionen el máximo beneficio financiero para Portugal.
En cuanto al perfil del potencial comprador, el ministro de Hacienda destacó la importancia de atraer inversores del sector aeronáutico, que estén alineados con los objetivos estratégicos del Gobierno. La intención es evitar inversores puramente financieros que puedan distorsionar la contribución estratégica de TAP al país.
João Galamba, ministro de Infraestructura, destacó que este es el momento adecuado para iniciar el proceso de privatización, considerando los resultados positivos alcanzados por TAP y el contexto favorable en la industria de la aviación, que actualmente vive una alta demanda de procesos de consolidación.
El siguiente paso es la selección de consultores estratégicos, financieros y jurídicos que asesorarán al Estado durante todo el proceso, junto con la consulta de mercado y el diálogo con posibles inversores destacados del sector. El objetivo es presentar, a finales de 2023 o, a más tardar, a principios de 2024, las especificaciones detalladas que definirán la implementación y consideración de los valores estratégicos establecidos por el Gobierno. Este es un momento crucial en el proceso de privatización de TAP, cuyo objetivo es garantizar el crecimiento y la prosperidad continuos de la aerolínea, manteniendo al mismo tiempo su papel estratégico para el país.