Chicago.- Boeing confirmó el pasado miércoles que mantendrá el ritmo de producción de 10 aviones mensuales durante este año. Una decisión arriesgada si el constructor aeronáutico norteamericano tarda en resolver el problema de las baterías incendiadas en los B787 Dreamliner.
Boeing ha plantado cara al problema. Durante la presentación de los resultados anuales del pasado año, Boeing aseguró que no modificará su ritmo de producción del B787. “El plan de producción no ha cambiado”, dijo el CEO de Boeing, Jim McNerney, a pesar de que aún se ignora la causa del problema de las baterías de litio de los Dreamliner y las entregas a las compañías aéreas permanecen en suspenso.
No obstante, Boeing prevé producir siete aviones mensuales de aquí a mediados de año frente a los cinco actuales y llegará a los 10 mensuales a finales de 2013.
Esta estrategia podría resultar arriesgada, si Boeing tarda en hallar la solución técnica a las baterías del Dreamliner. Por una parte, tendrá que reparar un mayor número de aviones defectuosos si se producen con mayor rapidez. Por otra, si la modificación supone algo más que la simple sustitución de una batería, los trabajos de reparación pueden resultar más complicados que realizarlos una vez que el avión sale de la cadena de producción.
¿Quiere decir esto que el presidente de Boeing es optimista respecto a un rápida solución del problema de las baterías? Nada menos cierto. En su intervención, McNerney señaló que si su principal prioridad era hacer volar lo más rápidamente posible los B787, nunca había avanzado una posible fecha de la solución del problema. Para lograrlo, Boeing ha movilizado a un centenar de expertos para identificar la causa del fallo.
Por último, Boeing no ha puesto en duda la tecnología de las baterías de iones de litio. “No hemos detectado nada que indique que hicimos una mala elección”, explicó el CEO de Boeing. El 787 es el primer avión comercial que incorpora baterías de este tipo, dos veces más ligeras que las tradicionales de niquel-cadmio