Madrid.- La firma catalana Mier Comunicaciones ha fabricado los equipos de búsqueda y rescate del sistema Galileo de la Agencia espacial Europea (ESA) del que ya han sido lanzados varios satélites.
Los equipos producidos por la empresa española implicarán una mejora de servicio respecto a su rival, el GPS norteamericano. El contrato de todo el proyecto Galileo, que se prolonga varios años, supone 35 millones de euros para Mier Comunicaciones.
Según recuerda la ESA en su web, una tarde, en la Guayana francesa, un pequeño equipo de ingenieros españoles presenciaba el lanzamiento del segundo par de satélites Galileo, viendo cómo el resultado de muchos años de esfuerzo ascendía hacia los cielos. Con cuatro satélites Galileo en el espacio y los dos segundos pasando el proceso de pruebas en órbita, el programa europeo de navegación por satélite está cada vez más cerca de poder llevar a cabo sus primeras pruebas de navegación. Ha sido necesario combinar el conocimiento, las capacidades y las habilidades de empresas tanto grandes como pequeñas de todo el continente para alcanzar esta meta.
Este equipo de la empresa española Mier Comunicaciones ha contribuido con dos elementos clave para los satélites gemelos, lanzados el 12 de octubre de 2012: un nuevo transponedor de búsqueda y rescate para captar llamadas de emergencia por situaciones de peligro desde el mar o la tierra, y el Mission Receiver, vital para mantener la precisión de la posición de Galileo al captar los mensajes terrestres de corrección.
“Ver el lanzamiento fue un momento muy emocionante”, recuerda Pedro Mier, presidente ejecutivo de Mier Comunicaciones. “Hemos estado implicados con Galileo desde los primeros estudios piloto, pero para estos cuatro primeros satélites de la constelación teníamos responsabilidad directa sobre piezas clave del equipamiento. Para empezar, este segundo par de satélites era el primero en llevar un transponedor de búsqueda y rescate como parte del sistema internacional Cospas–Sarsat, captando señales de balizas de emergencia en barcos o aviones en peligro y reenviándolas a centros de emergencia regionales”.
Cospas-Sarsat ha estado activo durante más de tres décadas, pero el transponedor de Galileo es una nueva variación para el sistema, que opera por primera vez en órbitas intermedias, en lugar de órbitas bajas o geoestacionarias.
También cuentan con el primer enlace de retorno para Cospas–Sarsat, capaz de responder a navíos en apuros que su SOS ha sido recibido y que la ayuda está en camino. “Nosotros diseñamos y fabricamos el transponedor. Esto es muy significativo, ya que ha sido la primera vez que nuestra compañía ha proporcionado un transponedor de satélite completo”, añade Mier.
“El diseño debía incluir filtros de señal muy precisos y amplificadores muy eficientes en el transponedor para captar débiles señales VHF dentro de la amplia huella dejada por el satélite, todo ello manteniendo un tamaño y una masa compacto. También debía ser compatible con los dos diseños de los satélites Galileo -tanto el inicial como el diseño resultante del satélite, el denominado “Full Operational Capability. Pero el mayor reto fue sin duda el cumplimiento de los plazos: con el fin de llegar al lanzamiento teníamos que hacer el diseño, cumplir con los requisitos y fabricar el transponedor en menos de 14 meses. Era muy exigente, ¡pero lo hicimos!”, concluyó.