Ginebra.- Los beneficios de las aerolíneas alcanzarán este año los 6.700 millones de dólares, frente a los 4.100 pronosticados en octubre y en 2013 se espera que esta cifra mejore hasta los 8.400 millones de dólares, según las nuevas previsiones revisadas al alza de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA).
La mejora en el pronóstico para 2012 se debe a un mejor comportamiento de las aerolíneas en el segundo y tercer trimestre. A pesar de los altos precios del petróleo y una economía mundial más lenta, el beneficio y el flujo de caja de las aerolíneas se mantienen a niveles similares a 2006, cuando el precio del petróleo era 45 dólares/barril más bajo y el crecimiento económico mundial estaba en el 4,0%.
Tradicionalmente, cuando el PIB cae por debajo del 2%, la industria de las aerolíneas experimenta una pérdida colectiva. «Con un PIB que sigue cayendo en picado (2%) y un precio del petróleo de 109,5 dólares/barril, esperábamos una menor rentabilidad. Sin embargo, las aerolíneas se están adaptando a este difícil entorno mediante la reestructuración y la mejora de su eficiencia, protegiendo, así, los flujos de caja de la debilidad económica y de los altos precios del combustible”, señaló Tony Tyler, consejero delegado de la IATA.
La mejora es más evidente en las grandes aerolíneas, que experimentaron un margen medio de EBITDA del 10-15% en el tercer trimestre del año. «El escenario es muy variado. Las economías de escala permiten que las grandes aerolíneas se enfrenten mejor a las dificultades que las pequeñas o medianas aerolíneas, que cuentan con menos ventajas para salir adelante», dijo Tyler.
El fuerte crecimiento del tráfico de pasajeros (5,3%) y una mayor rentabilidad (3,0%) han mejorado significativamente el comportamiento. A pesar de la desaceleración económica, los viajes de negocios se han mantenido gracias a un comercio internacional más sólido de bienes y servicios, contribuyendo a una mejora del volumen de pasajeros y de la rentabilidad. En contraste, los mercados de carga caen un 2,0% y la rentabilidad se contrae un 2,0% por debajo de los niveles de 2011. A pesar de que el comercio mundial sigue creciendo, el patrón de crecimiento económico —concentrado en los mercados emergentes— ha favorecido el transporte marítimo frente al transporte aéreo.