Nueva York.- Las compañías aéreas norteamericana afrontan el mayor déficit de pilotos desde los años 60, debido a que entran en vigor los nuevos requisitos sobre experiencia para las nuevas contrataciones justo cuando se avecina una ola de jubilaciones.
Según publicó la semana pasada The Wall Street Journal, las normas estadounidenses que entrarán vigor a mediados del año próximo requieren que los nuevos pilotos contratados cuenten con al menos 1.500 horas de vuelo de experiencia -seis veces más que el mínimo actual exigido-, lo cual eleva los costes y el tiempo para capacitar a los nuevos pilotos en una época en que los recortes salariales y horarios más exigentes le han restado atractivo a la profesión. Entretanto, miles de pilotos de alto nivel en las principales aerolíneas comenzarán muy pronto a cumplir la edad de jubilación obligatoria, de 65 años.
Otra norma de seguridad estadounidense que entrará en vigor a principios de 2014 también ejercerá presión sobre las reservas, dando a los pilotos más tiempo de descanso al día. Se espera que este cambio obligue a las aerolíneas de pasajeros a aumentar sus plantillas de pilotos en al menos un 5%.
El problema se agrava con el pequeño pero constante flujo de pilotos estadounidenses que se trasladan a compañías en el extranjero, muchos de las cuales ya se encuentran con una grave escasez de personal y pagan generosamente a los pilotos estadounidenses.
Airlines for America, una alianza comercial de las mayores aerolíneas estadounidenses, que en la actualidad emplean a un total de 50.800 pilotos, citan un estudio del departamento de aviación de la Universidad de Dakota del Norte que indica que las principales líneas aéreas tendrán que contratar 60.000 pilotos de aquí a 12 años para reemplazar las bajas y cubrir la expansión.
Según otros cálculos, todas las aerolíneas estadounidenses, incluyendo operadores aéreos regionales, de carga y de vuelos chárter, que emplean en total casi 96.000 pilotos actualmente, necesitarán contratar a más de 65.000 profesionales en los próximos ocho años.