Washington.– La Nasa y la Fuerza Aérea norteamericana junto con el Centro de Sistemas de Misiles patrocinan el proyecto DebriSat, coordinado por el Orbital Debris Program Office de la Nasa en el Centro Espacial Johnson en Houston y que tiene por objeto destruir ese ingenio espacial para conocer el efecto que tendría una colisión de dos satélites a hipervelocidad.
Se trata de crear una nueva nave espacial cuya misión es quizás la más llamativa, y tras su construcción, proceder a su destrucción inmediata y deliberada.
DebriSat es un satélite de 50 kilogramos, un c lon de las naves que se sitúan en la órbita, idéntico tanto en los componentes de su electrónica como en los materiales empleados en su construcción y los procedimientos de fabricación. Pero una vez fabricado y probado, DebriSat está destinado a su destrucción. Y es que en realidad, esta nave espacial es el blanco de un experimento en el que se pretenden estudiar los escombros creados tras un choque de satélites a hipervelocidad.
La vida de DebriSat empezará y acabará a principios de 2014 en un laboratorio estadounidense, donde experimentará un impacto contundente. Después los especialistas analizarán los fragmentos resultantes de hasta dos milímetros de largo. El objetivo es conocer mejor las consecuencias de este tipo de impacto para proteger las construcciones orbitales de restos espaciales, cuya cantidad no para de aumentar. La basura espacial es ya un peligro serio que recientemente ha vuelto a poner en peligro la Estación Espacial Internacional (ISS).