Madrid.- Un nuevo caso de despresurización de cabina en un vuelo de Ryanair, esta vez en un vuelo Madrid-Gran Canaria, obligó el pasado viernes a realizar un aterrizaje forzoso en el aeropuerto madrileño de Barajas al poco de haber despegado.
Se trata del segundo caso en unos días por los mismos motivos, después del que se produjo el día 2 en el aeropuerto de Manises (Valencia).
El vuelo FR 2011 Madrid-Gran Canaria aterrizó en Barajas el viernes a las 8.25 horas, minutos después del despegue de dicho aeropuerto. Los pilotos realizaron los procedimientos habituales en caso de despresurización. Dieciséis pasajeros tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos de Aena. Catorce de ellos fueron dados de alta y otros dos fueron trasladados a un hospital por la propia compañía para una revisión más profunda.
Tal como explicaron algunos pasajeros, el avión perdió altura, comenzó un fuerte olor a quemado y se produjo la descompresión en la cabina que provocó la apertura de las mascarillas de emergencia.
Según Aena, «no hubo constancia de humo del motor», pero sí «una despresurización en cabina», lo que provocó el regreso a Barajas. El piloto avisó a la Torre de Control de Barajas que decretó un protocolo rutinario de «Alerta local preventiva».
La compañía efectuó las reparaciones correspondientes en la aeronave y asignó otro avión para que los pasajeros afectados pudieran llegar a su destino.
El domingo anterior, el vuelo de Ryanair FR7222 con destino Santiago de Compostela tuvo también que regresar al aeropuerto de Manises minutos después de su despegue por el mismo motivo. Según publicó El Correo Gallego, los viajeros empezaron a notar un «fortísimo dolor de cabeza y oídos» nada más despegar.
El comandante, tras unos minutos dando vueltas a muy baja altura, anunció que regresaban nuevamente al aeropuerto de partida «para solucionar el problema que había ocasionado la despresurización de la cabina».
A estos dos incidentes, se suman los protagonizados por tres aparatos de la aerolínea el pasado 26 de julio, cuando tuvieron que ser autorizados para efectuar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Valencia después de lanzar avisos de emergencia por falta de combustible. La pasada semana se produjo otro aterrizaje urgente en Lanzarote, en un vuelo procedente de Leeds.
Por otra parte, los pasajeros de otro avión de Ryanair que aterrizó en el aeropuerto romano de Ciampino también el viernes pasado tuvieron que ser asistidos en las instalaciones de urgencias médicas por picaduras de chinches, según informaron los medios italianos.
Ya durante el vuelo, que salió de Londres con destino a Roma, numerosos viajeros -todo ellos italianos- comenzaron a sentir fuertes picores en las piernas y, una vez asistidos por los médicos del aeropuerto de la capital italiana, descubrieron que la molestia provenía de picaduras de chinches.