Darmstadt.– El próximo día 6, la sonda Mars Science Laboratory (MSL), de la Nasa, realizará una espectacular maniobra para posar al rover Curiosity sobre la superficie de Marte. La sonda Mars Express de la ESA monitorizará el progreso de la misión, grabando los datos del vuelo hasta que sus ruedas se posen sobre la superficie marciana.
La misión MSL está diseñada para llevar al rover de exploración planetaria más grande de la historia a la superficie del planeta rojo. Su aterrizaje en el cráter Gale marcará el comienzo de un ambicioso programa de exploración, durante el que se estudiará el clima, la geología y la habitabilidad de Marte, al tiempo que recoge datos para preparar una futura misión tripulada al planeta rojo.
Cuando la nave entre en contacto con la atmósfera marciana, a una velocidad de casi 21.000 km/h, comenzarán ‘los siete minutos trepidantes’, durante los cuales el sofisticado sistema de reentrada, descenso y aterrizaje deberá frenar a la nave hasta una velocidad inferior a 3,6 km/h, con el fin de garantizar un posado suave.
Durante su descenso, MSL enviará datos a los dos satélites de la Nasa en Marte -Mars Odyssey y Mars Reconnaissance Orbiter- que grabarán la información y la reenviarán a la Tierra.
A petición de la Nasa, la sonda europea Mars Express, en órbita a Marte desde el año 2003, también escuchará las señales de MSL durante estos siete minutos, registrando datos que podrían resultar de vital importancia si algo no saliese según lo previsto.
“Comenzamos a ajustar nuestra órbita hace varios meses, con el fin de garantizar que Mars Express tenga la fase correcta y una buena visibilidad de la trayectoria prevista para el descenso de MSL”, explica Michel Denis, responsable de las Operaciones de la sonda Mars Express.
Los especialistas del Centro de Operaciones Espaciales (ESOC) de la ESA en Darmstadt, Alemania, han diseñado un nuevo modo de apuntamiento para que el Sistema de Comunicaciones con el Módulo de Aterrizaje, instalado a bordo de Mars Express, escuche la señal de MSL.
Este sistema fue diseñado para que la sonda europea se comunicase con el módulo Beagle, que descendió sobre Marte en el año 2003.
“La Nasa participó en la llegada de Mars Express a Marte en el año 2003 y la ESA retransmitió los datos de los rovers estadounidenses Spirit y Opportunity”, explica Manfred Warhaut, responsable de las Operaciones de la Misión.
“Mars Express también monitorizó el descenso de la misión Phoenix de la Nasa en el año 2008; compartimos nuestras redes de espacio profundo de forma habitual. La cooperación técnica y científica entre la ESA y la Nasa para la exploración de Marte cuenta ya con una larga tradición y ayuda a ambas partes a mitigar los riesgos y a incrementar el retorno de los resultados científicos”, concluyó.