Segovia.– El curso “La investigación técnica de accidentes aéreos: avances recientes, perspectivas futuras”, se inició ayer en las aulas del Centro de Congresos y Convenciones del Parador de la Granja de San Ildefonso, dentro de la programación de los Cursos de Verano de la Universidad Politécnica de Madrid.
Dirigido por Rosa María Arnaldo Valdés, presidenta de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Graves de Aviación Civil (CIAIAC) y profesora de la EUIT Aeronáutica de la UPM, se plantea como un encuentro entre profesionales de los ámbitos aeronáutico y jurídico. La investigación técnica coincide normalmente con la instrucción de un procedimiento civil o penal y cada una de ellas tiene sus objetivos. El conocimiento mutuo entre los profesionales y las autoridades involucradas facilitará la cooperación, más allá de los intereses individuales, en beneficio de la seguridad de la aviación, común a todos los actores.
Esta propuesta de los Cursos de Verano UPM ofrece una visión completa de la realidad de la investigación técnica de accidentes aéreos en nuestro país y su entorno; de los avances recientes y de las perspectivas de futuro en torno a dichas investigaciones.
Según Arnaldo, “los datos de siniestralidad aérea elaborados por organismos y entidades públicas o privadas a nivel mundial (OACI, EASA, Boeing, Airbus, etc.) coinciden en que el número de accidentes y el número de víctimas en la aviación es muy bajo. Las cifras oscilan, dependiendo de las fuentes y de los índices usados. Según el último anuario publicado por la OACI, correspondiente al año 2010, el número de accidentes se situaba en torno a 4 y el número de víctimas mortales alrededor de 23 por cada millón de vuelos de transporte comercial regular. Ese año los datos absolutos hablan de 121 accidentes y de 707 muertos en un total de poco más de 30 millones de vuelos. Las cifras pierden fiabilidad cuando nos referimos a la aviación general, donde los valores de referencia (número de vuelos o kilómetros recorridos) son mucho más inciertos. También hay que decir que esos ratios mundiales no son uniformes en todas las regiones. Mientras que América del Norte y Europa exhiben unos índices por debajo de la media mundial (3,3 accidentes por millón de vuelos), en áfrica las cifras se disparan con valores que cuadruplican esa media (16,8 accidentes por millón de vuelos)”.