Washington.- La nave espacial X-37B no tripulada, que pasó 15 meses en una misteriosa misión cuyos objetivos se desconocen, aterrizó el pasado sábado de manera autónoma en la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea estadounidense en California.
El X-37B, similar a las lanzaderas espaciales de la Nasa, ahora retiradas, pero más pequeña, sobrevoló la órbita de la Tierra más de 7.000 veces. La nave efectuó experimentos en órbita tras su despegue en marzo de 2011 de la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral en Florida, según comunicaron las autoridades norteamericanas.
Tras analizar los datos obtenidos en su travesía, éstos servirán de base para la próxima misión. Asimismo medios locales indican que la nave servirá como plataforma para futuras pruebas de sistemas y sensores de satélites.