Madrid.- La sonda Mars Express, de la Agencia Espacial Europea (ESA), y el rover Opportunity, de la Nasa, han remitido imágenes de Marte que muestran indicios de agua en ese planeta.
Las imágenes recibidas desde la sonda europea muestran una superficie marciana que parece haber sido esculpida por el flujo del agua. Estas fotografías se suman a la larga lista de pruebas de la existencia de grandes masas de agua en la superficie del planeta rojo en algún momento de su pasado.
Por otra parte, un estudio publicado en la edición del pasado viernes de la revista “Science” detalla descubrimientos del rover Opportunity durante sus primeros cuatro meses en el borde del cráter Endeavour, incluyendo las principales conclusiones presentadas en una conferencia de geofísica a finales de 2011. Opportunity completó su misión inicial de tres meses en Marte hace ocho años. Alcanzó el Endeavour el pasado verano, tres años después de que el equipo del rover eligiera este cráter como destino a largo plazo. Endeavour tiene unos 4.000 millones de años y 22 kilómetros de diámetro.
El impacto que excavó el cráter dejó un revoltijo de fragmentos de roca fundida alrededor del borde. En un pedazo sacado a la superficie por un impacto posterior mucho más pequeño, Opportunity encontró evidencias de que el impacto original reveló evidencias de agua caliente subterránea que depositó zinc en la roca. Más tarde, después de ese impacto, el agua fluiría a través de grietas en el suelo cerca del borde del cráter, provocando depósitos de mineral de yeso. «Estas vetas de minerales brillantes son diferentes a todo lo visto anteriormente en Marte, y delatan una historia de agua que fluye a través de grietas en las rocas», dijo Steve Squyres de la Cornell University, investigador principal para Opportunity y autor principal del nuevo informe de 27 investigadores.
La sonda europea Mars Express apuntó su cámara estéreo de alta resolución el 21 de junio del año pasado hacia la parte occidental de Acidalia Planitia, una gigantesca cuenca en las tierras bajas del norte de Marte, cerca de dónde se encuentra con Tempe Terra, un terreno más elevado y de mayor antigüedad. Estas imágenes abarcan parte del límite occidental de la región. En ellas se pueden apreciar sutiles patrones de drenaje ‘dendríticos’ partiendo de los numerosos valles que descienden por la ladera de Tempe Terra. Se piensa que los canales que se pueden ver en estas imágenes fueron formados por la escorrentía de aguas pluviales o de aguas procedentes del deshielo, en algún momento del pasado de Marte.
La profundidad de estos valles, unida al hecho de que presentan muy pocos afluentes en su curso bajo, sugiere que la región se transformó a través de un mecanismo de erosión conocido como ‘minado’ o ‘socavación’, que es el que tiene lugar cuando el agua arrastra los materiales más blandos de la base de un acantilado.
El proceso de socavación retira el apoyo de las capas superiores, formadas por rocas más duras, que terminan resquebrajándose en grandes bloques que se desprenden por la ladera del desnivel. De esta forma, el proceso de erosión va avanzando hacia el curso superior del cauce, haciéndolo más profundo, de forma similar a lo que ocurre en la Meseta del Colorado aquí en la Tierra.
En estas imágenes también se pueden distinguir varias fallas en la corteza marciana, extendiéndose hacia la región de Idaeus Fossae. Se piensa que estas formaciones pudieron jugar un papel fundamental a la hora de traer agua a la región. Al formarse, pudieron haber dejado al descubierto acuíferos subterráneos, que fluirían creando lagos en los cráteres de sus alrededores.
Los científicos están especialmente interesados en lo que parecen ser sedimentos cubriendo el fondo de algunos de los cráteres más antiguos y erosionados, ya que podrían ser nuevas pruebas de la existencia de agua líquida en la superficie de Marte en algún momento de su historia. En algunos casos los valles arrancan del borde de un cráter, lo que sugiere que en algún momento el agua se desbordó y fluyó hacia los terrenos colindantes.