Washington.- Un B 767 de la compañía aérea Air Canadá con 103 personas a bordo, que cubría el trayecto entre Toronto y Zurich el 14 de enero del año pasado, descendió 120 metros en 46 segundos cuando sobrevolaba el Atlántico porque el piloto se había quedado dormido en pleno vuelo.
El hecho fue conocido la pasada semana a raíz de la publicación por la CNN de un informe del Consejo canadiense de Seguridad del Transporte. Según revela dicho informe, el piloto sintió sueño durante el vuelo y se quedó dormido. El «descanso controlado» -durante no más de 40 minutos- es legal y un procedimiento aceptado en vuelos de larga distancia con el fin de mejorar el control sobre el rendimiento en el trabajo y el estado de vigilia.
Pero al despertar después de más de hora y cuarto de sueño y volver a coger los mandos, ante el avistamiento de un C-17 de la Fuerza Aérea norteamericana, creyó ver la alarma de colisión encendida y tomó la decisión de amerizar en el Atlántico para evitar lo que suponía era un choque inminente.
Según la investigación oficial, el protocolo de descanso no fue seguido por los pilotos, ya que no deben superar los 40 minutos de sueño y posteriormente, durante 15 minutos, no deben ponerse a los mandos del avión.
La pesadilla terminó con un total de 14 pasajeros y dos miembros de la tripulación heridos después de salir despedidos al no llevar abrochado el cinturón de seguridad y tuvieron que ser ingresados en un hospital.
El avión llegó finalmente a su destino en el aeropuerto suizo de Zurich.