Nueva York.– El pasado fin de semana la compañía aérea United inició la transición del antiguo sistema de la aerolínea al de su nueva filial, Continental Airlines, uniendo a ambas en una misma plataforma para realizar reservas, registrar y embarcar pasajeros y gestionar su programa combinado de viajeros frecuentes.
Según publicó ayer “The Wall Street Journal”, Greg Hart tiene una de las tareas más importantes en la integración de la fusión de ambas compañías: combinar la enorme red de rutas de la aerolínea, coordinando y organizando casi 1.300 aviones en un gigantesco tablero de ajedrez que se extiende por todo el mundo.
El trabajo de Hart es clave para alcanzar los esperados beneficios que motivaron la mayor fusión de la industria aérea. Es un desafío, pero también el sueño hecho realidad de un planificador de rutas. «Me siento como un niño en una tienda de golosinas», dijo el ejecutivo de United.
Jeff Smisek, presidente ejecutivo de United Continental, indicó recientemente que cuando todos los sistemas estén implementados, la nueva United «será una sola aerolínea para nuestros consumidores». De esta manera, espera reducir un elevado número de reclamos relacionados con la operación bifurcada.
Los aviones de Continental podrán estacionar en las puertas de United y viceversa, debido a que los agentes de servicio al cliente estarán en el mismo sistema informático para procesar a los pasajeros. Se espera que eso impulse el objetivo de la fusión de incrementar los ingresos en entre 800 y 900 millones de dólares en el próximo año, una meta que supera con creces su misión de reducir los costes entre 200 y 300 millones de dólares anuales.
Desde que se completó la fusión de United y Continental, en octubre de 2010, la compañía ha afrontado varios retos de integración. Los equipos han tenido que seleccionar entre las miles de políticas y procedimientos, que dirigen desde los servicios de comidas a bordo y los menores no acompañados a la decoración de los clubs aéreos. Los manuales fueron combinados y ajustados, los aviones repintados y las áreas de embarque en los aeropuertos remodeladas. Hasta ahora, los costes extraordinarios de fusión ascienden a 1.000 millones de dólares y la compañía espera gastar otros 450 millones este año.
El proceso no ha sido sencillo. Los pilotos de United se resistieron al entrenamiento necesario para aprender los procedimientos de vuelo de Continental y los sindicatos han protestado por la lentitud de las negociaciones para alcanzar un acuerdo laboral combinado. Muchos clientes quedaron confundidos cuando los agentes de Continental les decían que no podía ayudarlos con un vuelo de United.
Buena parte de los ajustes a la red que se llevarán a cabo este año se concentrará en los vuelos domésticos pero habrá más cambios en rutas internacionales en 2013, indicó Hart.