Moscú.- La nave de carga rusa Progress M-13M se desacopló de la Estación Espacial Internacional (ISS) el pasado miéercoles y durante la maniobra de descenso lanzó el microsatélite Chibis-M, que ya emitio su primera señal.
Según anunció el Centro ruso de Control de Vuelos Espaciales, el Chibis-M se desenganchó con éxito del carguero Progress M-13M y lanzó su primera señal, tras lo cual los fragmentos de la nave de carga cayeron a la zona del llamado “cementerio de naves espaciales” en el Pacífico, tal como estaba previsto.
Según el portavoz del Instituto ruso de Estudios Espaciales, Stanislav Klimov, la exitosa recepción de la primera señal desde Chibis-M significa que el microsatélite funciona correctamente. Este aparato, de unos 40 kilogramos de peso, fue desarrollado por dos centros rusos de investigación, el Instituto de Estudios Espaciales y el Instituto de Física Lébedev.
Su misión consiste en explorar fenómenos físicos que acompañan las descargas eléctricas durante una tormenta terrestre -algo imposible de estudiar desde la Tierra- en diversas bandas del espectro electromagnético, de ondas de radio a rayos gamma.
Además del estrictamente científico, el estudio de esos fenómenos tiene un objetivo práctico, ya que a una altitud de entre 10.000 y 20.000 metros los rayos gamma de alta energía son potencialmente peligrosos para los aviones. Además, los rayos gamma que alcanzan la superficie terrestre cubren grandes áreas, lo que podría ser un dato importante desde el punto de vista ambiental.
El proyecto de microsatélites de investigación se inauguró en 2001 con el lanzamiento del Kolibri-2000, un aparato de fabricación ruso-australiana que viajó a la órbita también a bordo de un carguero Progress. Durante su misión, que comenzó el 20 de marzo 2002 tras cuatro meses en la Estación Espacial Internacional (ISS), Kolibri dio 711 vueltas alrededor de la Tierra y el 4 de mayo de ese mismo año terminó su vida en las capas densas de la atmósfera.