Madrid.- José Blanco, ministro aún de Fomento del Reino de España, tuvo un sueño: construir la ciudad aeroportuaria de Barajas. El americano Sheldon Adelson, multimillonario, octavo en la lista de los más ricos de EE UU, según la revista “Forbes”, ha tenido otro sueño: crear la ciudad del ocio, una copia europea de Las Vegas norteamericana, junto al aeropuerto madrileño.
Barajas, algo más que un aeropuerto codiciado, una ciudad de ensueño. Si la necesidad crea el órgano, el hambre produce ensoñaciones, visiones, tal como inmortalizó Chaplin hace casi 90 años en su película “La quimera del oro”. Así se explica que en estos momentos de grave crisis económica como los que vivimos, surjan ensoñaciones, sueños de grandeza, opulencia y esplendor. Claro que un artista más pesimista, como Goya, pintó “El sueño de la razón produce monstruos”.
El vicesecretario general del PSOE y todavía titular del Ministerio de Fomento se comprometió el pasado 19 de febrero a crear una ciudad aeroportuaria en Barajas. El proyecto de Blanco contaba con una inversión virtual de 2.500 millones de euros y preveía generar 12.000 empleos directos. «Ya estamos trabajando en el proyecto. Estoy deseando que pasen las elecciones –del 22 de mayo pasado- para ponerlo encima de la mesa y hablarlo con el próximo Gobierno regional y el Ayuntamiento. Ya hay muchas empresas que han mostrado su interés por trasladar su sede a la nueva ciudad aeroportuaria», aseguró. El ministro destacó que la ciudad aeroportuaria estaría integrada en la actividad del aeropuerto, orientada a las empresas y personas, «en un entorno innovador en diseño, gestión logística y estrategia medioambiental». «éstos son los proyectos que necesita Madrid, que miran al futuro aprovechando el presente», añadió.
Soñar no cuesta nada. Exactamente nueve meses después, el próximo día 20, serán las elecciones generales que probablemente no sólo supongan el fin del sueño de un ministro, sino también la estación término de su trayectoria ministerial. No habrá, pues, ciudad aeroportuaria junto a Barajas, ese sueño que pretendía copiar la faraónica obra de “los 30.000 puestos de trabajo que crean otros aeropuertos de similar relevancia al de Madrid como el de Fráncfort y ámsterdam, que han potenciado otras actividades impulsadas por el efecto dinamizador del aeropuerto en su área de influencia: hoteles, parques empresariales, equipamientos comerciales y centros tecnológicos. éste es un área de actividad que un aeropuerto como el de Barajas tiene que aprovechar y lo vamos a aprovechar», soñó José Blanco.
De sueño a sueño. Mientras el ministro español soñaba su ciudad aeroportuaria, otro soñador, un inversor norteamericano con posibles, imaginaba junto al aeropuerto madrileño un macrocomplejo de juego y ocio con 12 hoteles, seis casinos, tres campos de golf, decenas de restaurantes y un estadio para 17.000 espectadores. Las Vegas en el Estado de España, Europa. En total, una inversión de 16.900 millones de euros y crear nada menos que 261.000 empleos. Un sueño.
El Gobierno, a través de su todavía ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, así como la presidenta de la Comunidad madrileña, Esperanza Aguirre, y el Ayuntamiento de la capital ven con buenos ojos el proyecto y vienen estudiando con atención y cariño el sueño del inversor norteamericano que se ha venido gastando ya desde hace años sus buenos millones de dólares en los estudios preliminares necesarios. Sólo en lo que va de año, Las Vegas Sands ya ha invertido 16 millones de euros en contratar consultoras y bufetes. Mucho dinero, en efecto, para un sueño.
El informe de Boston Consulting encargado por Las Vegas Sands, la empresa de Adelson, destaca “las buenas dotaciones de Barajas como aeropuerto internacional” y prevé que Madrid se afianzará así como “un nodo internacional para el turismo, las convenciones y el comercio. Además, está totalmente alineado con los objetivos estratégicos clave para el sector turístico definidos por las autoridades regionales y nacionales, como son atraer visitantes de mercados en rápido crecimiento como Rusia y Oriente Medio, reducir la estacionalidad de las visitas, atraer turistas de mayor poder adquisitivo y consolidar la posición competitiva de Madrid en el mercado de ferias y convenciones”.
Según, ha publicado el diario “El Mundo” esta semana, la firma definitiva del acuerdo entre Las Vegas Sands, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento podría producirse antes de que finalice este año. Estamos, pues, a escasas fechas de despertar y comprobar si el sueño era sólo eso o estamos ante una realidad esplendorosa. Y mientras tanto, los todavía responsables del Gobierno y de su Ministerio de Fomento han renunciado al 90,05% del aeropuerto madrileño y han sacado a concurso el corazón de un sueño.