Washington.- El satélite de investigación de la alta atmósfera (UARS) cayó el pasado sábado sobre el océano Pacífico, según informó la Nasa a lo largo del día a través de la red social Twitter
El aparato tenía el tamaño de un autobús y pesaba más de 5,5 toneladas. Los científicos calcularon que al menos 26 grandes piezas del artefacto podrían soportar las altas temperaturas del reingreso en la atmósfera y caerían sobre el planeta.
La agencia espacial norteamericana no ha confirmado el lugar ni la hora exacta del impacto de los fragmentos, pero lo más seguro es que se dispersaron por Canadá. La Nasa había pronosticado que el riesgo de que alcanzara a la población era «muy remoto», la probabilidad se establecía en una entre 3.200. Desde el comienzo de la era espacial, no se ha confirmado ningún caso en el que haya resultado herida una persona por un objeto durante la maniobra de su reingreso en la atmósfera.
A través de Twitter, la Nasa confirmó que los restos que posiblemente llegarían a la Tierra no eran radioactivos, pero recomendó no tocarlos por su afilada forma que podría provocar cortes.
Además de las razones de seguridad, los ciudadanos no deben apropiarse de las piezas porque son propiedad del Gobierno de EE UU.
El transbordador ‘Discovery’ transportó en 1991 este satélite para medir los cambios atmosféricos y los efectos de la contaminación. A partir del 2005, el UARS dejó de funcionar y se descontroló. La NASA advirtió hace una semana de la peligrosa posición en la que se encontraba ahora y que esperaba su entrada en la atmósfera para finales de este mes o principios de octubre.