Moscú.- Un error del copiloto al realizar un segundo intento de aterrizaje y un equivocado pronóstico del tiempo estuvieron entre las causas del accidente de un avión Tu-134 de la compañía RusAir el pasado 21 de junio en la ciudad rusa de Petrozavodsk, en el que murieron 47 personas, según han hecho público los investigadores oficiales.
La tragedia, según el Comité Intergubernamental de Aviación (MAK), se debió a que el copiloto presentaba evidentes síntomas de embriaguez, lo que afectó a su concentración a la hora de dar instrucciones al piloto para aterrizar.
Tras la revisión de las cajas negras del avión siniestrado, el MAK determinó que hubo demasiada actividad por parte del ingeniero de vuelo, quien llegó a sustituir al copiloto en la fase final de la maniobra de aterrizaje.
Además, la torre de control ofreció información incorrecta de las condiciones en el aeropuerto de Petrozavodsk, la capital de la república de Karelia, para una operación nocturna y en medio de una intensa neblina, aclara la citada dependencia.
En la nave viajaban 43 pasajeros y nueve tripulantes.
Tras el siniestro, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, consideró necesario analizar la posible suspensión de todos los vuelos del TU-134, de fabricación soviética y uno de los aviones por excelencia, junto al TU-154, para viajes internos en Rusia.
Medvedev estimó que los aviones de ese modelo deben salir definitivamente de la flota aérea del país y exigió elevar las medidas de seguridad para efectuar los vuelos.