Moscú.- Una nueva nave Progress llegó la pasada semana al cosmódromo de Baikonur, donde será preparada para su lanzamiento a la Estación Espacial Internacional (ISS), sin fecha concreta hasta que concluya la investigación del accidente ocurrido con otra nave similar el 24 de agosto.
Este percance no ha supuesto ningún riesgo para la pervivencia de la ISS ni para sus seis tripulantes. A bordo de la ISS hay suministros suficientes para mantener a la Estación y a su tripulación hasta la primavera del año que viene.
De momento se ha decidido aplazar el regreso a Tierra de la Expedición 26, previsto para el próximo jueves, hasta el día 16. El lanzamiento de la Expedición 29 a bordo de la nave Soyuz TMA-22 no tendrá lugar hasta finales de octubre o principios de noviembre, en función de las conclusiones de la investigación. Las autoridades rusas exigen el éxito de dos lanzamientos no tripulados del vehículo Soyuz-U antes de autorizar el despegue de la próxima misión tripulada, lo que ha forzado la reevaluación de la programación de las próximas expediciones.
Los socios del programa de ISS se están preparando para reaccionar ante una serie de posibles escenarios que podrían afectar a las operaciones del complejo orbital a corto plazo.
Este es el primer accidente de este venerable vehículo desde el lanzamiento de la primera nave Progress en 1978. Hasta la fecha, la agencia espacial rusa ha lanzado 745 Soyuz-U, 724 con éxito. De ellos, 136 han estado dedicados a poner en órbita naves Progress. El lanzador Soyuz-U no sólo se utiliza para el lanzamiento de las naves de reabastecimiento Progress, sino también para poner en órbita un gran rango de satélites y sondas planetarias.
La Agencia Espacial Europea (ESA) está preparando el lanzamiento de su tercer Vehículo Automatizado de Transferencia (ATV), Edoardo Amaldi, en marzo del año que viene. Junto al resto de socios del programa de la ISS, la ESA sigue de cerca la investigación del accidente de la Progress 44.