París.- Un error de los pilotos para responder a una situación inusual contribuyó al accidente del A330-200 de Air France en el que murieron 228 personas al caer al océano Atlántico el 1 de junio 2009 durante el trayecto Río de Janeiro-París, según concluye el tercer informe de la Oficina francesa de Investigaciones y Análisis (BEA).
El informe, hecho público el último viernes de julio, cuestiona la formación de los pilotos y su reacción durante el accidente tras estudiar la información registrada por las cajas negras halladas, casi de milagro, en el fondo del mar el pasado mes de mayo. Según la información extraída de las cajas negras, los pilotos no supieron responder a las alertas de entrada en pérdida del aparato, algo que sucede cuando las alas no son capaces de sostener el avión.
El avión entró en pérdida, una situación que rara vez ocurre a 11 kilómetros de altitud y los pilotos, sin una formación específica para actuar ante esta circunstancia, respondieron con una maniobra opuesta a la correcta. En lugar de colocar el morro hacia abajo para coger el aire en un ángulo mejor, lo colocaron hacia arriba.
La aeronave no se recuperó y en tres minutos chocó contra el mar a una velocidad de 200 kilómetros por hora. Los pilotos nunca advirtieron a los pasajeros de la situación, algo que es obligatorio. Además, el comandante de la aeronave estaba dormido.
Otra de las causas que también se incluyen es un fallo en los indicadores de velocidad debido a una congelación temporal de los sensores.
Entre los fallos detectados por los investigadores, destacan:
– Consignas poco claras: a las 02.02 de la madrugada, dos horas después del despegue, el comandante del aparato, de 58 años, se marchó a descansar y dejó a los dos copilotos, mucho menos experimentados, al mando del avión «sin especificar consignas claras». Los copilotos, de 31 y 32 años, tampoco tenían bien repartidas sus tareas, señala el informe. Apenas unos segundos antes del impacto, el primer copiloto tomó los mandos, pero era ya demasiado tarde.
– Pérdida de velocidad: según el documento ninguno de los dos copilotos identificó correctamente las indicaciones de pérdida de velocidad, a pesar de que una alarma sonó durante casi un minuto advirtiéndoles la situación. Air France defiende a los pilotos y dice que la alarma no funcionó bien. Según se desprende de la conversación entre los tres pilotos, una vez que el comandante vuelve a la cabina, los copilotos no eran conscientes de que el avión se encontraba en caída libre. Una caída fatal, que duró tres minutos y medio.
– Entrenamiento deficiente: el informe señala además que los pilotos no habían recibido entrenamiento para manejar a gran altitud y ejecutaron una maniobra incorrecta, levantando la nariz del avión en vez de hacerlo descender para ganar velocidad, que es lo que se hace en esos casos. En base a la investigación, la BEA recomienda darles capacitación obligatoria a todos los pilotos para ayudarles a volar de forma manual y sortear pérdidas de altura.
– Piloto automático: esto no sería un error de los pilotos sino un fallo técnico. Con base en varios incidentes previos, diversos expertos advirtieron desde 2009 que la caída del Airbus pudo ser consecuencia de una congelación de sus sensores de velocidad marca Pitot, del fabricante francés Thales y usada por los aviones Airbus. Pero eso solo no pudo haber sido la causa del accidente. La aerolínea reemplazó los sensores Pitot con un nuevo modelo después del accidente. Air France y Airbus están siendo investigados por homicidio voluntario.
– En ningún momento se les informó a los pasajeros lo que estaba ocurriendo.
El organismo francés encargado de la investigación ha publicado también diez nuevas recomendaciones para la seguridad aérea. Entre ellas está aumentar la formación de los pilotos, ya que, según indican los expertos, se ha perdido a causa del mayor uso de los ordenadores.
El informe de la BEA no convence, sin embargo, a los familiares de las víctimas. «Lo que está en juego económicamente supera la búsqueda de la verdad… La precipitación en acusar a los pilotos es muy sospechosa en la medida en que esas acusaciones se hicieron muy pronto, justo después de los primeros análisis de las cajas negras», dijo Robert Soulas, presidente de la asociación Ayuda Mutua y Solidaridad AF447, que representa a familiares de 60 víctimas, que en 2009 presentaron una demanda ante la justicia francesa. «Las acusaciones contra los pilotos son inaceptables», añadió.
Por su parte, la compañía Air France ha reaccionado indignada y en un comunicado indicó que «nada permite hasta ahora cuestionar las competencias técnicas de la tripulación», dirigiendo su acusación hacia el constructor del avión, Airbus, “ya que -indicó- las señales del sistema de alarma de pérdida en la cabina de mando eran confusas y entorpecieron el trabajo de los pilotos”.
Para Airbus, según una declaración hecha al efecto, el informe de la BEA sobre el accidente del vuelo AF447 es “un paso más hacia el completo esclarecimiento de la cadena de causas que motivaron la tragedia”. La constructora aeronáutica europea “continuará colaborando con los investigadores para que la comunidad aeronáutica puedan sacar las oportunas consecuencias de este hecho”.