Fráncfort.- La compañía aérea alemana Lufthansa acaba de iniciar sus vuelos regulare diarios utilizando biocombustible. Un Airbus A321 con el registro D-AIDG, efectúa la ruta Hamburgo-Fráancfort-Hamburgo cuatro veces al día.
Tras la aprobación del biodiesel HEFA (aceite vegetal hidroprocesado y éster metílico de los ácidos grasos) por el órgano que regula la normativa de la Sociedad Americana para Pruebas y Materiales (ASTM) el pasado 1 de julio y oficialmente publicado el día 13, la aerolínea alemana ha iniciado sus cuatro vuelos diarios de ida y vuelta entre Hamburgo y Fráncfort utilizando una mezcla al 50 por ciento de este biocombustible. Estos son los primeros vuelos comerciales del mundo con biocombustible que una aerolínea pone en marcha.
Debido a que el bioqueroseno tiene propiedades similares al queroseno convencional, se puede aplicar en todo tipo de aviones, sin necesidad de modificar los mismos o sus motores. El primer vuelo del periodo de pruebas, que operará bajo el número de vuelo LH 013, despegó de Hamburgo con destino Fráncfort. Durante los próximos seis meses, las emisiones de CO2 se reducirán hasta en 1.500 toneladas gracias al uso de biocombustible.
Christoph Franz, presidente y CEO de Lufthansa Group, afirma que “Lufthansa es la primera aerolínea del mundo en usar biocombustible en vuelos diarios regulares. Por ello, continuamos implementando nuestra ya demostrada y exitosa estrategia de sostenibilidad”. “Debido a que el transporte aéreo es el único que seguirá dependiendo en un futuro próximo de combustibles líquidos, la industria de la aviación y la comunidad investigadora deben desarrollar y probar vías alternativas”. “Las materias primas fósiles son limitadas” advierte Franz, añadiendo también que las emisiones de CO2 deben reducirse. El principal objetivo de este ensayo a largo plazo era examinar los efectos que el biocombustible tiene en el mantenimiento y vida de los motores de los aviones.
La producción del queroseno biosintético que utiliza Lufthansa procede de la biomasa pura (Biomasa a Líquido- BTL) y está compuesto por jatrofa, camelina y grasas animales. A la hora de adquirir el biocombustible, Lufthansa se asegura de que el suministro y la 2/2 producción sean sostenibles. Los proveedores deben presentar pruebas de la sostenibilidad de sus procesos y ajustarse a los criterios establecidos por el Parlamento Europeo y la Directiva del Consejo de Energías Renovables. “Lufthansa garantiza que la producción de sus biocombustibles no entra en conflicto con la producción de alimentos y que ningún bosque se deforestará por el uso de su biocombustible”, alegó Franz.
Por su parte, Tom Enders, presidente y CEO del constructror aeronáutico europeo, indicó: “Airbus está orgulloso de ser el catalizador que aglutina a todos los participantes en el proceso de acelerar la comercialización de biocombustibles. Con estos vuelos regulares hemos dado otro paso más para hacer realidad nuestro objetivo de conseguir una aviación sostenible”.
El productor es Neste Oil, una refinería finlandesa. La empresa tiene años de experiencia en la producción de biocombustible y ha colaborado con Lufthansa durante años.
Lufthansa valora los costes del proyecto en 6,6 millones de euros. El Ministerio Federal alemán de Economía y Tecnología ha aportado 2,5 millones para los fondos de este plan, que a su vez forma parte de un proyecto más amplio conocido como FAIR (Future Aircraft Research). éste está diseñado para examinar otras cuestiones, además de la compatibilidad de los biocombustibles, incluida la nueva propulsión, conceptos de aviación y otros combustibles, como el gas natural líquido (LNG).
El uso de biocombustible es uno de los elementos dentro de nuestra estrategia de 4 pilares fundamentales centrada en la reducción de las emisiones en el tráfico aéreo. Los objetivos medioambientales ambiciosos sólo podrán conseguirse en un futuro con la combinación de varias medidas, como la renovación de la flota actual, la innovación tecnológica, la toma de medidas operativas como la limpieza de motores o la utilización de materiales ligeros, y la implementación de mejoras en la infraestructura. Gracias a las nuevas tecnologías, Lufthansa ha mejorado su eficiencia de combustible en un 30% desde 1991. Hoy en día, la flota de Lufthansa tiene una media de consumo de combustible de 4,2 litros por 100 pasajeros-kilómetros.