Washington.- La Nasa repartirá 270 millones de dólares entre cuatro compañías privadas que la relevarán en la tarea de trasladar astronautas al espacio: Blue Origin, Boeing, Sierra Nevada Corp. (SNC) y SpaceX.
La agencia espacial norteamericana espera que dichas compañías comiencen a operar vuelos a mediados de la presente década; mientras tanto, las tripulaciones estadounidenses viajarán en naves rusas.
«Nos complace haber alcanzado este hito en el desarrollo de sistemas comerciales estadounidenses para el traslado de tripulaciones y estamos muy entusiasmados por el futuro», dijo Philip McAlister, director en funciones del área de desarrollo de vuelos espaciales comerciales de la Nasa. «Esperamos pronto poder ver vuelos espaciales comerciales operando de una manera consistente, generando ganancias, con muchos proveedores en el mercado y un variado “target” de usuarios públicos y privados», añadió.
Esta empresas están trabajando ya en varios proyectos. SpaceX es posiblemente la más adelantada. La compañía californiana ya ha realizado lanzamientos del cohete Falcon 9 y una cápsula llamada Dragon. Si logra mejorar la capacidad de la Dragon de llevar tripulantes, la Nasa le entregará 75 millones de dólares durante el próximo año.
La constructora aeronáutica Boeing tal vez sea la empresa que mayor cantidad reciba si logra cumplir los objetivos que le impuso la agencia espacial. Un equipo de la firma diseñó una cápsula llamada CST-100, que podría transportar hasta siete astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS). Los 92,3 millones de dólares ofrecidos le permitirán a Boeing profundizar el desarrollo de la cápsula.
SNC ya ha recibido fondos del proyecto de vuelos tripulados comerciales de la agencia espacial. Ahora está en condiciones de obtener 80 millones de dólares para el desarrollo de un vehículo del estilo de los transbordadores, llamado Dream Chaser, que se lanzaría desde un cohete.
La cuarta empresa que recibirá fondos, Blue Origin, fue establecida por el fundador de Amazon.com, Jeff Bezos. En general ha mantenido su actividad en torno al desarrollo espacial en secreto, pero ha solicitado financiación de la Nasa para perfeccionar los sistemas que utiliza en su proyecto de vehículo tripulado. La agencia espacial le dará hasta 22 millones de dólares.
Entre las compañías descartadas por la Nasa está ATK, que desarrolla propulsores de combustible sólido para cohetes. El proyecto de ATK, llamado Liberty, podría utilizarse para lanzar las cápsulas y transbordadores de otras compañías. Pero para poder llevarlo adelante ahora deberá conseguir fondos ajenos de la Nasa.
Otra empresa que tampoco recibirá dinero de la agencia espacial es United Launch Alliance, que opera los cohetes Atlas y Delta que utilizan la fuerza aérea de EE.UU. y la propia Nasa.
Estos vehículos se utilizan para llevar satélites al espacio, pero United Launch Alliance cree que se podrían modificar para transportar pasajeros. De hecho, Sierra Nevada, Boeing y Blue Origin han pensado en usar un Atlas para lanzar al espacio sus naves.
Pero tras los anuncios de la Nasa, United Launch Alliance deberá conseguir dinero en otra parte, o utilizar sus propios fondos, si desea continuar con su proyecto de preparar para uso humano los cohetes Atlas y Delta. Tal vez en una próxima ronda la agencia espacial decida otorgarle fondos.
De todos modos, hay un gran debate, especialmente en el Congreso de EE.UU., sobre las condiciones en que se encuentra el sector privado para proveer sistemas seguros y fiables de transporte de pasajeros al espacio. También hay dudas sobre si la forma en que se están financiando estos proyectos generará un ahorro en las arcas públicas.