Madrid.- “Combatir la corrupción es un instrumento de competitividad dentro de una estrategia eficaz de sostenibilidad”, dijo ayer el Group Chief Compliance Officer de EADS, Pedro Montoya, en la inauguración de la jornada “Combatir la corrupción desde las empresas” organizada por EADS, Forética y Garrigues en la sede del despacho de abogados en Madrid.
Por su parte, el ex ministro y miembro del Consejo de Administración de EADS, Juan Manuel Eguiagaray, dijo en la clausura del acto que “la corrupción no reduce sólo los ingresos fiscales, sino también la eficiencia económica”.
El ex ministro hizo referencia a los últimos índices publicados por la organización Transparencia Internacional. “Desde 2008 España permanece en el puesto 30 en cuanto a transparencia en el ámbito económico y político a nivel mundial”. Según Eguiagaray, “los mecanismos de represión son ineficaces en la lucha contra la corrupción, el principal desafío radica en incluir mecanismos eficientes de denuncias -whistle blowing- dentro de las compañías, así como de rendición de cuentas”.
Para Montoya, “el reto principal al que se enfrentan los Compliance Officers de las compañías en la actualidad es convertir un programa de lucha contra la corrupción, que surge como respuesta a las obligaciones legales, en un instrumento de competitividad dentro de una estrategia eficaz de sostenibilidad”.
“En un momento en el que la globalización puede resultar una estrategia empresarial ineludible, las empresas se enfrentan al riesgo de incurrir en conductas delictivas en su actividad exportadora”, remarcó Montoya, añadiendo que en la actualidad “el riesgo es más grave por el hecho de que hasta hace pocos años el pago de comisiones con fines ilícitos era una práctica consentida en todos los países europeos”.
Para el representante de EADS, es importante el hecho de que “en pocos años se haya pasado de la incriminación de esas conductas a la exigencia de programas eficaces de prevención de la corrupción”. En este contexto, la figura del Compliance Officer debe aportar un plus de independencia y enfocarse en la evaluación y prevención de riesgos asociados al negocio, como la corrupción o las prácticas anticompetitivas, según el experto.
El acto inaugural de la jornada también contó con la participación del presidente de Garrigues, Antonio Garrigues, y la vicepresidenta de Forética, Yolanda Erburu.
En palabras del presidente de Garrigues, “la corrupción es un reto a nivel nacional y mundial, y la solución pasa por establecer controles y, sobre todo, crear la necesidad de la transparencia. Cuanto mayor sea ésta, habrá menos conductas corruptas”.
La reflexión en torno al nuevo marco regulatorio se complementó con una mesa de estrategias empresariales en materia anticorrupción, que contó con las experiencias prácticas de EADS, MSD y Siemens.
Por su parte, el Compliance Officer de Siemens, Aurelio Pérez, detalló los tres pilares en los que se basa el programa de compliance desarrollado por su empresa en los últimos años: Prevenir, Detectar y Responder. Según Pérez, “la corrupción es un problema que afecta a la sociedad en general y que requiere la actuación colectiva de empresas, entidades gubernamentales y ONGs para que se puedan lograr avances significativos”.