Madrid.- Resuenan las alarmas entre los ingenieros, prácticamente ya en alerta roja, y las dos máximas instituciones del sector -la Real Academia de Ingeniería y el Instituto de Ingeniería de España- que representan a un colectivo de más de 150.000 profesionales deciden unir sus esfuerzos para advertir de la situación y plantar cara al problema.
La RAI y el IIE ultiman los preparativos de un encuentro, el próximo jueves en la sede de la prijmera –a las 17 horas en la c/ Don Pedro 10, de Madrid- en el que personalidades del sector académico y empresarial analizarán la situación para buscar salidas.
Los altos niveles de desempleo y la baja remuneración de los puestos de trabajo ofertados afectan ya a los jóvenes ingenieros, algo impensable hace unos años. Muchos se marchan del país para continuar en mejores condiciones salariales e, incluso, iniciar sus carreras profesionales.
El reciente llamamiento del Gobierno alemán para reclutar ingenieros españoles que tiren de su “locomotora productiva” ayudará a reducir nuestras abultadas cifras del paro pero, al mismo tiempo, ofertas como ésta vienen a consolidar la fuga de cerebros en el área de la investigación técnico-científica. En este “caldo de cultivo”, tanto la RAI como el IIE constatan que el desinterés de los jóvenes estudiantes por este tipo de enseñanzas va en aumento.
A través de sus respectivos presidentes, Aníbal Figueiras y Manuel Acero, la RAI y el IIE advierten a los responsables educativos y empresariales que estamos no sólo ante un problema de la ingeniería en particular sino del país en general. Hay que ponerle remedio cuanto antes, para evitar quedar descapitalizados y que disminuyan los niveles de bienestar que tanto ha costado conseguir. A los primeros, les piden fórmulas que estimulen, ilusionen y atraigan a los estudiantes preuniversitarios hacia los estudios de carácter técnico-científico. A los segundos, que actúen para evitar la fuga de cerebros jóvenes motivados por mejores oportunidades.