París.- Más de 300 científicos espaciales europeos se reunieron en Francia la pasada semana para decidir el próximo gran proyecto que emprenderá la Agencia Espacial Europea (ESA) del 2015 al 2025.
Después de intensos debates sobre en qué invertir más de 1.000 millones de euros, las candidaturas se han reducido a tres: el Observatorio Internacional de Rayos X (IXO), la Antena Espacial por Interferometría Láser (LISA) y el proyecto EJSM/Laplace.
El Observatorio Internacional de Rayos X conocido como IXO (International X-ray Observatory), es otro gran telescopio como el Hubble, Herschel y el James Webb. Pero tendría una resolución entre 10 y 100 veces mejor que cualquiera de ellos. Con 3,3 metros de diámetro, podría investigar los agujeros negros supermasivos, que se cree se desarrollaron al inicio del Universo -posiblemente antes que las primeras estrellas- y entender cómo evolucionaron durante el tiempo cósmico.
Además, permitirá explorar el borde de los huecos negros, en donde se predice ocurren efectos realmente extraños, en el momento en el que la materia está a punto de ser succionada.
«Hay evidencia de que el tiempo se ralentiza y de que la luz se dobla de tal manera que uno se puede ver la parte de atrás de la cabeza», advirtió el científico Paul Nandra, uno de los impulsores de este proyecto.
Las imágenes del IXO, obtenidas con un espejo gigante de rayos X, rastrearían la historia y la evolución de la materia visible y oscura y la energía. Al igual que el James Webb, sería tan grande que tendría que ser comprimido, como un acordeón, para caber dentro de su cohete de lanzamiento Atlas 5.
El proyecto es una colaboracón la ESA, la Nasa y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA).