Washington.- La Nasa ha admitido después de 34 años que las muestras tomadas del suelo de Marte en busca de indicios de carbono orgánico por las sondas Viking en 1976 y 1977 son concluyentes.
No obstante, la Nasa proyecta una nueva misión al planeta rojo el próximo mes de noviembre con vistas a obtener una observación más cercana de estos compuestos orgánicos y de otras sustancias químicas en Marte.
El experimento «Labeled Release» (LR) dio resultados positivos, pero la Nasa, después de largos debates, cambió de opinión, debido especialmente a que otro experimento no detectó compuestos orgánicos en el suelo marciano. Gilbert Levin, el diseñador principal del experimento LR, está convencido de que las pruebas realizadas hace más de 30 años indicaban vida. Cuando esos mismos experimentos se realizaron en territorio de la Antártida, se obtuvieron idénticos resultados contradictorios (LR – positivo; Orgánicos – negativo) sin embargo, se sabe que el suelo y el hielo de la Antártida contienen vida. La prueba para la existencia de materia orgánica fue negativa, porque es mucho menos sensible que el experimento LR. El mismo problema podría haber causado que la prueba de productos orgánicos dieran un falso negativo.
Una reinterpretación de los resultados sugiere ahora que las muestras de las sondas del programa Viking sí contenían compuestos orgánicos, pero los resultados no fueron comprendidos por los fuertes efectos de oxidación de perclorato, una sal que, ahora se sabe, se encuentra en el suelo marciano. En el caso de las sondas Viking, el suelo de Marte se calentó lo suficiente como para vaporizar las moléculas orgánicas en el suelo. Los gases y vapores resultantes fueron entonces analizados por cromatografía de gas/masa.
En los lugares de aterrizaje del Viking 1 y 2 se encontraron hidrocarburos clorados, pero fueron descartados como «contaminación procedente de la Tierra». En 2008, la sonda Phoenix descubrió el perclorato en el suelo ártico marciano. Los percloratos son bien conocidos como poderosos compuestos oxidantes que queman la materia orgánica, pero su presencia en el suelo marciano no se sospechó en la década del 1970.
Después de conocida la existencia de percloratos en los suelos de Marte, científicos mexicanos y la División de Ciencias del Espacio de la Nasa en Moffett Field, California, decidieron poner a prueba los suelos del desierto de Atacama en Chile, considerado como el lugar más parecido en la Tierra a lo que es la superficie marciana.
La investigación, publicada en el Journal of Geophysical Research, encontró que cuando las muestras de suelo que contienen carbono orgánico se mezclan con perclorato de magnesio y se calientan a continuación, resultan en el mismo tipo de hidrocarburos clorados quemados, tal y como habían sido detectados en Marte por las sondas Viking y descartados en aquel entonces como «contaminantes terrestres».
La reinterpretación de los resultados del programa Viking a la luz de los nuevos hallazgos sugiere que las muestras del lugar de aterrizaje del Viking 1 tenían un contenido de 1.5 a 6.5 ppm de carbono orgánico, mientras que las muestras del lugar de aterrizaje del Viking 2 contenían de 0.7 a 2.6 ppm de carbono orgánico.
«La presencia de material orgánico no aporta pruebas de la existencia de vida o que hubo vida en el pasado en Marte, sólo es prueba de la presencia de compuestos orgánicos», se apresuró en señalar Christopher McKay, un científico de la Nasa.