Londres.- El Gobierno británico está dispuesto a sancionar con fuertes multas a los aeropuertos por alterar los viajes de los pasajeros, después de que miles de personas vieran cancelados o retrasados sus vuelos por la ola de frío polar de los últimos días.
El ministro de Transporte, Philip Hammond, ha pedido al Parlamento nuevas leyes para evitar que se repita el reciente caos, como el ocurrido en el aeropuerto londinense de Heathrow, que se vio obligado a cerrar el pasado día 18 y funcionó bajo mínimos durante los tres días posteriores.
En declaraciones al dominical londinense, Hammond dijo que es inaceptable que el gestor aeroportuario británico BAA, filial del grupo español Ferrovial, operador de los principales aeropuertos británicos, entre ellos Heathrow, no sea castigado por lo ocurrido, ya que miles de personas tuvieron que pasar la noche en las terminales aéreas.
«Debería haber una multa económica por no cumplir con el servicio. Hay que dar un mayor peso al rendimiento y la satisfacción del pasajero», puntualizó el ministro.
«The Sunday Times» destaca que BAA fue criticado por no planificar la situación en caso de intensas nevadas, ya que no invirtió lo suficiente en máquinas para quitar la nieve.
Una nueva ley, agrega el rotativo, contemplaría imponer multas por no preparar el aeropuerto ante condiciones adversas del tiempo o mala gestión en caso de que las terminales no puedan hacer frente a la aglomeración de pasajeros cuando queden vuelos cancelados.
En virtud de la actual normativa, las multas sólo las pueda imponer la Asociación de Aviación Civil en categorías específicas, como falta de limpieza o insuficiente disponibilidad de asientos, y la multa máxima está calculada en torno a unos 74 millones de euros.
«Debido a que los aeropuertos son en última instancia infraestructuras estratégicas, probablemente necesitemos contar como último recurso de algunos poderes para intervenir de una manera que en este momento no tenemos, excepto cuando se trate de la seguridad», afirmó Hammond.