París.- El nuevo avión presidencial francés, llamado por la prensa “Air Sarko One”, un A330, efectuó su primer vuelo oficial con el traslado de Nicolas Sarkozy a Seúl, pese a las fuertes críticas que ha suscitado lo ostentoso de la aeronave, que costó 240 millones de dólares.
El aeroplano es comparado con el célebre Air Force One que usa el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pero debido a su excesivo lujo y comodidad se convirtió en el símbolo del “bling-bling” (moda de lujo en la cultura hip hop) presidencial, según informó el diario galo “Le Monde”.
El gobierno mantenía el asunto en secreto, pero desde que el diario “La Dépeche du Midi” anunció en septiembre de 2008 -con base en información filtrada- que la presidencia francesa recibiría un nuevo avión, que sería bautizado como “Air Sarko One”, surgieron las críticas.
Varios medios de comunicación franceses han publicado características sobre el equipamiento del nuevo avión como un horno para pizzas, una cafetera de 34 mil dólares y hasta un dormitorio con una lujosa bañera. El Palacio del Elíseo desmintió de manera enérgica las informaciones y argumentó que el nuevo avión era necesario para sustituir al existente, un A319 con más de 10 años de antigüedad y cuyo alcance se limitaba a 7.300 kilómetros de autonomía.
Pero a la polémica Elíseo-prensa en torno al “Air Sarko One” se sumó la oposición cuestionando la millonaria inversión que se hacía en este avión cuando el país atravesaba una severa crisis económica. Hace ahora un año, durante el debate sobre la ley de finanzas, los diputados del Partido Socialista, “indignados”, presentaron una queja según la cual los fondos destinados al avión del presidente podrían haber sido mejor empleados. “Mientras los informes actuales muestran necesidades muy importantes, y que aumentó el déficit estructural del país y la pobreza, es absolutamente inaceptable que el presidente destine 255 millones de dólares sólo para moverse”, dijo la diputada socialista Patricia Adam.
El pasado mes de julio la ex candidata socialista a la presidencia, Ségolene Royal, declaró que “en este periodo de crisis Sarkozy debía sacrificar su avión de lujo”. Ante las críticas, el gobierno optó por relativizar las cifras y justificar la utilidad de la aeronave: sí, hay un dormitorio, pero con una ducha simple, y una sala de comunicación sofisticada, pero para asegurar el contacto permanente entre Sarkozy y su gabinete.
Está dotado de un centro médico y señuelos antimisiles para seguridad, así como 60 asientos de pasajeros con equipos de trabajo, según el informe oficial, que reveló además que el coste del avión había sido de 240 millones de dólares.