Madrid.- La ministra de Defensa, Carme Chacón, destacó ayer el gran potencial innovador y la capacidad para crear empleos cualificados que tiene la industria de la Defensa, así como su elevado nivel exportador.
“Actualmente, se calcula que un 40% de la facturación conjunta de la industria proviene de las ventas al exterior, cifra que está muy relacionada con los programas de cooperación internacional en los que participa el Ministerio, como el A-400”, subrayó.
Chacón, que inauguró unas jornadas sobre Política Industrial de Defensa que se celebran en el Centro Superior de Estudios para la Defensa de España (CESEDEN), señaló que es muy importante que desde el Gobierno se impulse una política cada vez más activa, que incentive la reorientación de la industria de la Defensa, que fomente las exportaciones, que facilite las transferencias de tecnología, y que aliente a las empresas del sector a consolidar sus capacidades.
Según explicó la ministra, la nueva Estrategia de Tecnología e Innovación para la Defensa recoge la aportación que en un futuro deberán realizar las Fuerzas Armadas al conjunto de la I+D+i de España, mediante los programas internacionales de cooperación, o a través de inversiones propias y de sinergias con la innovación civil.
Asimismo, la ministra indicó que la industria española de la Defensa es mucho más que un sector estratégico de nuestra economía y, ante todo, una capacidad esencial de nuestras Fuerzas Armadas. “La industria de la Defensa ha sido básica para que ahora dispongamos de unos Ejércitos modernos y eficaces”, añadió.
Para ello, subrayó Chacón, el Ministerio de Defensa ha invertido grandes cantidades de recursos en las dos últimas décadas en programas de mantenimiento, de adquisición, y de I+D+i. únicamente en los principales programas de modernización, este esfuerzo se cifra en 27.000 millones de euros.
Por ello, recalcó que ahora nos encontramos en un momento delicado, con restricciones presupuestarias derivadas de la actual crisis financiera y económica mundial. A este respecto, considera esencial que se analice la competitividad real de la industria española de la Defensa, comparándola con la de nuestros socios europeos, y que se reformule la alianza estratégica que existe entre el Ministerio de Defensa y la industria.
“Esto significa, por un lado, reconsiderar de forma conjunta los actuales procesos de adquisición y de gestión de los principales programas. Y, por otro lado, reconducir el apoyo que el Ministerio brinda a la industria para desempeñar un papel más activo en la internacionalización de nuestras empresas”, concluyó.