Una rara “epidemia” se está propagando estos días entre los controladores aéreos de Cataluña y Levante, coincidiendo curiosamente con las vacaciones más populares y la negociación con Aena de su II Convenio Colectivo.
El Centro de Control de Barcelona, según Aena, registró ayer un absentismo de 28 controladores en su puesto de trabajo de un total de 61 que estaban convocados para el turno de mañana, es decir, el absentismo fue del 46%, denunció la empresa, destacando que la situación estaba provocando retrasos fuertes en el tráfico aéreo de los aeropuertos de Cataluña, Baleares y Comunidad Valenciana.
La noche anterior faltaron al trabajo 7 de los 18 controladores de turno en el mismo centro de control. En la torre del aeropuerto de Gerona, la baja de 3 de los 4 controladores programados para esa tarde obligó a no admitir tráfico en el aeropuerto entre las 19.30 y las 21.00 horas. Un total de 8 vuelos, 4 de salida y 4 de llegada, se vieron afectados.
El aeropuerto de El Altet (Alicante) es el que más problemas está sufriendo por las bajas de los controladores aéreos. Está registrando una demora media de 99 minutos en 21 vuelos con salida o llegada a este aeródromo como consecuencia de las bajas laborales de los controladores de El Prat.
Según el “parte médico” dado a conocer por Aena, el tipo de “enfermedad” presenta una sintomatología común en todos los casos. Se trata, según la empresa, de una patología “repentina”: en la mayoría de los casos se comunican sin el tiempo suficiente para buscar sustitutos; “ tiene el evidente objetivo de entorpecer el tráfico aéreo y un claro perjudicado: el pasajero que ve alterados sus planes de viaje en plena temporada de verano, así como las compañías aéreas y el sector turístico”, dice Aena.
No sabemos lo que dirá el Ministerio de Sanidad al respecto, pero el de Fomento ha dicho que no se cree eso de la epidemia y el contagio repentino y ya ha pedido que la Inspección de la Seguridad Social tome cartas en el asunto e investigue las «bajas masivas» de los controladores barceloneses y, si se encuentran fundamentos para ello, serán denunciados ante la Fiscalía General del Estado.
Los controladores, que a primeros de este mes prometieron ser buenos y “negociar sin tensiones”, negaron el pasado fin de semana que “estuvieran en huelga encubierta y que las bajas estuvieran ligadas a la negociación del II Convenio ni que se deban a consignas sindicales que persigan presionar las negociaciones”. Pero lo que no pueden negar es que se han convertido en “grupo de riesgo” y que en algunas zonas se hallan ya en un estado declarado de epidemia. Dicen cuáles no son las causas de la patología, pero nada aclaran sobre la auténtica etiología de la pandemia. El problema es grave.