Londres.- Los primeros análisis de las cenizas del volcán islandés confirman el peligro para el tráfico aéreo. Los estudios muestran que la columna de humo contenía una cantidad «considerable» de partículas con carga eléctrica.
La investigación, publicada ayer en ‘Environmental Research Letters’, sale a la luz a pesar de que los científicos británicos no descartan que se produzca más actividad volcánica tanto en este volcán como en otros de la isla.
Poco después de que comenzara la erupción, la Met Office -principal organismo encargado del seguimiento del volcán-, pidió a los científicos Joseph Ulanowski del Instituto de Investigación de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Hertfordshire, y al experto del departamento de Meteorología de la Universidad de Reading, Giles Harrison, que desarrollaran un globo científico que les permitiera evaluar la localización y composición de las nubes de ceniza volcánica.
Estos globos, diseñados originalmente y empleados para analizar las nubes de polvo del desierto, pueden ser capaces igualmente de medir no sólo el tamaño de las partículas de esta ceniza volcánica sino también su carga eléctrica. De hecho, las medidas realizadas el curso pasado con este globo en Kuwait y en la costa oeste africana mostraron claramente que el polvo del desierto podría coger carga eléctrica en su contacto con el aire.
De esta forma, los expertos indican que las partículas adquieren cargas eléctricas en su contacto con el aire y, como consecuencia, su comportamiento varía. Por ejemplo, cómo crecen y son removidas por la lluvia.