Londres.- Los aviones podrán volar en zonas con el doble de densidad de ceniza volcánica permitida hasta la fecha, tras las nuevas medidas introducidas ayer por la Autoridad de Aviación Civil (CAA) destinadas a reducir las alteraciones aéreas tras las críticas a los «cierres innecesarios» por parte de las compañías.
La normativa fijada por la OACI, que nunca había sido cambiada, estipulaba que la presencia de ceniza en áreas de vuelo debería mantener en tierra a los aviones. No obstante, el pasado mes de abril, tras seis días de cierre del espacio aéreo en la mayor parte de Europa por la nube de ceniza del volcán islandés Eyjafjalla, y después de que los expertos llevaran a cabo las pruebas pertinentes, la CAA aumentó el límite del umbral de seguridad de 0 a 0,002 gramos por metro cúbico de aire.
Ahora, con la introducción de las nuevas medidas, este organismo ha vuelvo a elevar ese límite de seguridad hasta los 0,004 gramos por metro cúbico de aire, el doble del fijado el pasado mes. Con ello se pretenden reducir desde las restricciones que han alterado el calendario de las aerolíneas durante las pasadas semanas.
Esta medida llega después de que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) renovase sus críticas a las autoridades europeas, especialmente a las responsables de la navegación aérea, por los «cierres innecesarios» de espacios aéreos como medida de precaución frente a la nube de ceniza volcánica.
«Este problema no va a desaparecer pronto. El sistema de cierre de espacios aéreos en Europa no está funcionando», indicó la IATA, en reacción a la cancelación de unos 1.000 vuelos este lunes por la continua erupción del volcán islandés Eyjafjalla. Por ello, la IATA ha reclamado a las autoridades y entidades involucradas que «desarrollen procedimientos más precisos para identificar el espacio aéreo contaminado por la ceniza y permitir más vuelos».
Con todo, tras las medidas aprobadas por la CAA, para que los aviones puedan operar en estas áreas afectadas, las compañías necesitarán la aprobación de los constructores de las aeronaves y de los fabricantes de los motores. El consejero delegado de la CAA, Andre Haines, ha indicado que los fabricantes son los encargados de determinar los niveles de ceniza volcánica que los aviones pueden tolerar de forma segura. Y ha añadido que la actual situación «sin precedentes» requiere «nuevas medidas» a la vez que desaconsejó subestimar los desafíos que plantean los efectos del volcán.