Bruselas. La Comisión Europea, a falta de una mayor concreción en los datos, calcula que las pérdidas producidas por el cierre del espacio aéreo tras la nube volcánica se sitúa entre los 1.500 y los 2.500 millones de euros.
Una cantidad que corresponde en su mayoría a las compañías aéreas que van a ver cómo Bruselas va a rebajar en las próximas semanas sus exigencias para que los Estados puedan conceder ayudas al sector. Una medida que se justifica porque estamos ante «una crisis sin precedentes», según el comisario de Transportes Siim Kallas.
Con esta medida lo que se pretende es «reducir la presión» sobre las aerolíneas y evitar que puedan tener «problemas de liquidez» en los próximos meses. Kallas advierte de que se vigilarán estrechamente las ayudas concedidas para que no vulneren las normas de competencia.
«No es permisible», ha dicho, que se intenten salvar situaciones que «no han sido provocadas» por la nube volcánica y para ello la Comisión prepara ya una serie de requisitos que tendrán que cumplirse. Aún así las ayudas tardarán en llegar dado que primero deben ser los países quienes soliciten el permiso para otorgar ayudas estatales.
También se van a flexibilizar algunas normativas aéreas que permitan «el rápido» regreso de los ciudadanos europeos y la normalización en los horarios de los aviones. Por ello Kallas ha explicado que se permitirá aplazar el pago de las tasas aeroportuarias y se eliminarán algunas restricciones al tráfico aéreo de manera temporal. Por ejemplo, las nocturnas.
El comisario también ha anunciado que se va a crear un grupo de trabajo conjunto con las aerolíneas para tomar medidas que eviten que se repita una situación como la vivida estos días. De lo que se trata, ha dicho, es de agilizar la toma de decisiones al máximo.
Algo en lo que influirá mucho la creación del cielo único europeo que van a intentar impulsar elpróximo día 4 de mayo los ministros de Transportes. Si consiguen ponerse de acuerdo, la Comisión va a pedir un mandato político para ponerse a trabajar y sacarlo adelante en cuanto sea posible.
En especial porque Kallas quiere poner en marcha un sistema que permita que «un transporte pueda complementar» al otro, de manera que no haya un colapso en las infraestructuras de transporte europeas.