Los ángeles.– El Global Hawk, un avión no tripulado diseñado por la Nasa para permanecer en el aire a una altura de hasta 18 kilómetros y durante más de 30 horas, inició su misión sobre el Océano Pacífico que puede marcar una nueva etapa en la investigación medioambiental.
«Sabemos que éste es el avión que nos permitirá realizar cosas con las que ahora mismo sólo somos capaces de soñar», explica el doctor Paul Newman, el científico responsable del proyecto y físico atmosférico, según recoge la BBC.
El aparato se encuentra en la actualidad en el centro de investigación que la Nasa tiene en Dryden, en el desierto de Mojave, en el sur de California. El vuelo, que es automático y está controlado desde tierra, puede llegar a alturas de 18.000 metros, más o menos el doble de lo que puede alcanzar un avión comercial. Puede permanecer en el aire 30 horas seguidas y viajar a lo largo de media circunferencia de la Tierra, hasta 20.000 kilómetros, sin necesidad de repostar.
Según Ken Jucks, jefe del proyecto del programa de investigación para la capa alta de la atmósfera, «podemos observar algo durante un largo tiempo, que es una característica única de un avión utilizado para observar la Tierra». Será utilizado para medir y realizar pruebas referentes a los gases de efecto invernadero, sustancias para la reducción del ozono y otros componentes del aire en la alta troposfera y en la baja estratosfera.
«Abre un nuevo mundo de posibilidades. Se podrá volar en medio de los huracanes y girar alrededor de esos huracanes durante horas. Hasta ahora sólo disponíamos de aviones que podían volar hasta allí, sondear y reiniciar enseguida la vuelta a casa», apuntó Newman.
El avión fue originalmente diseñado por el Ejército norteamericano para vigilancia y reconocimiento de operaciones y ha sido utilizado en zonas de guerra como Afganistán. Se utilizaba únicamente para situaciones en las que resultaba muy arriesgado enviar vuelos con pilotos. La Nasa compró tres de los aviones al ejército estadounidense y los adaptó con equipamiento científico. Los vuelos están bajo el estricto control de la Administración Federal de Vuelos.
Las misiones hasta ahora se han centrado en el área del Océano Pacífico. En próximas semanas, la Nasa los utilizará para recoger más datos sobre el cambio climático y las pautas de la meteorología, incluido el estudio de los huracanes.