Baikonour.- Todo está preparado en el cosmódromo kazajo de Baikonour para el lanzamiento mañana del satélite de la ESA CryoSat-2, instalado ya sobre el cohete Dnepr.
El ‘módulo de la cabeza espacial’ fue trasladado desde las instalaciones de integración hasta el silo subterráneo. Aunque tan sólo 7 km separan dichas instalaciones, el transporte especial, conocido como ‘cocodrilo’, necesitó más de una hora para completar el trayecto.
El ‘cocodrilo’ está equipado con un remolque especial que se pone en posición vertical y abre una especie de ‘fauces’ para permitir la carga del módulo de la cabeza espacial. Durante esta maniobra, completada el pasado miércoles, los miembros del equipo de la ESA y de la industria pudieron ver el satélite por última vez, ya que el acceso al silo de lanzamiento está restringido al personal del cosmódromo.
El último gran paso antes del lanzamiento fue el ensayo general llevado acabo ayer. Esta prueba permite garantizar que las secuencias y los protocolos de comunicación entre la base de lanzamiento y el Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la ESA en Alemania funcionan correctamente, en preparación para el lanzamiento de mañana.
El lanzamiento de CryoSat-2 será un momento importante para la ESA, al convertirse en la tercera misión del programa Earth Explorers (Exploradores de la Tierra) en alcanzar la órbita terrestre en poco más de 12 meses. CryoSat-2 seguirá los pasos del Explorador del Campo Gravitatorio y de la Circulación Oceánica (GOCE), lanzado en marzo de 2009, y de la misión para el estudio de la Humedad del Suelo y de la Salinidad de los Océanos (SMOS), puesta en órbita el pasado mes de noviembre.
Al igual que todas las misiones del programa Earth Explorers de la ESA, CryoSat ha sido diseñado para encontrar respuestas a las grandes preguntas de la comunidad científica internacional, en este caso, estudiar cómo están cambiando las grandes masas de hielo de nuestro planeta.
Durante algunos años, satélites como Envisat han monitorizado la extensión de la capa de hielo que cubre las regiones polares de la Tierra. Sin embargo, para poder comprender cómo está afectando el cambio climático a estas regiones tan sensibles, es necesario poder determinar también cómo varía el espesor del hielo.