Madrid.- A tan sólo cuatro meses de su lanzamiento, la misión SMOS de la Agencia Espacial Europea (ESA) ya está generando las primeras imágenes calibradas. Estas imágenes de la ‘temperatura de brillo’ de la superficie de la Tierra permiten obtener información clara sobre las variaciones globales de la humedad del suelo y de la salinidad de los océanos que ayudarán a comprender mejor el ciclo del agua en nuestro planeta.
La misión para el estudio de la Humedad del Suelo y de la Salinidad de los Océanos (SMOS) permite mejorar los modelos sobre el ciclo del agua en la Tierra realizando observaciones a escala global de la humedad del suelo y de la salinidad de los océanos. Al monitorizar de forma sistemática estas dos variables, SMOS ayudará a comprender mejor los procesos de intercambio de agua entre la superficie de la tierra y la atmósfera y a mejorar los modelos climáticos y meteorológicos.
Además, los datos generados por la misión SMOS tendrán aplicación práctica en áreas como la agricultura y la gestión de los recursos hidrológicos.
SMOS toma imágenes de la ‘temperatura de brillo’, que es una medida de la radiación emitida por la superficie de la Tierra. Estas imágenes requieren una importante labor de post-procesado para poder generar los datos finales sobre la humedad del suelo y la salinidad de los océanos. Durante la actual fase de entrada en servicio, se está trabajando para mejorar y garantizar la calidad de estas imágenes antes de que puedan ser utilizadas por la comunidad científica. La ESA publica hoy los primeros resultados, que resultan muy alentadores.
Desde su lanzamiento, ingenieros y científicos de varios institutos de investigación de toda Europa han estado poniendo a punto el satélite SMOS y su instrumento principal MIRAS, desarrollado por EADS CASA en España. Tanto la plataforma como el satélite han demostrado unas prestaciones excelentes durante sus primeros cuatro meses en órbita.
MIRAS toma una instantánea de la temperatura de brillo de la superficie de la Tierra cada 1.2 segundos. La imagen de Escandinavia es un ejemplo de la cobertura de cada una de estas instantáneas. A partir de estas imágenes, es posible deducir el nivel de humedad en las capas superficiales del suelo y la concentración de sal en la superficie de los océanos. Una alta temperatura de brillo se traduce en suelos secos, mientras que las temperaturas bajas indican zonas húmedas. Por eso las masas de agua del planeta se muestran como zonas frías.
La calibración y la validación de los datos son dos tareas fundamentales en cualquier misión de observación de la Tierra. Una vez se han recibido los datos en tierra, es necesario comprobar que son coherentes y que pueden ser utilizados como base para una investigación científica. Los últimos tres meses han estado dedicados a realizar diversas tareas de calibración para poder evaluar las prestaciones de la misión.
La fase de entrada en servicio continuará hasta finales de abril, momento en que la misión entrará en la fase de operaciones. Sin embargo, el equipo científico continuará evaluando la calidad de los datos obtenidos durante toda la vida operativa de la misión. Ya se está realizando una campaña de validación de los datos en Australia, mediante instrumentos embarcados en un avión, lo que permite comparar los datos obtenidos por el satélite con mediciones in situ. Durante la primavera, se realizarán campañas similares en Alemania, España y Francia.