Madrid.- El próximo viernes, la Universidad Complutense en colaboración con la empresa española GMV y la Academia de Ciencias Rusa realizarán las primeras pruebas para la futura operación coordinada de la instrumentación científica y de la plataforma Navigator que albergará al telescopio espacial ultravioleta WSO-UV.
La atmósfera de la Tierra bloquea la radiación ultravioleta de los astros que sólo puede ser observada desde el espacio. Esta radiación transporta información única sobre la composición química del Universo y es especialmente sensible al material difuso que baña el espacio intergaláctico e interestelar o al que rodea estrellas y planetas.
Determinar la composición y distribución del material intergaláctico es fundamental para comprender la naturaleza de las fuerzas dominantes en el Universo, las características de la materia/energía oscura desde su composición original, básicamente hidrógeno y helio a la riqueza química actual. El Universo alberga motores capaces de acelerar gas ionizado a velocidades cercanas a la de la luz transformando energía gravitacional en mecánica y liberando radiación ultravioleta. La evaporación de planetas gigantes como los detectados recientemente produce las trazas más sensibles en el espectro ultravioleta.
La misión WSO-UV es un proyecto internacional liderado por ROSCOSMOS y con participación de España, Alemania, Ucrania y China. El WSO-UV tiene como objetivo central proveer a la comunidad científica de un observatorio multiuso en el dominio ultravioleta con una extensión hacia el óptico en modo imagen. El WSOUV cubrirá el espacio dejado por el Hubble Space Telescope al final de su misión convirtiéndose en el único observatorio astronómico para imagen y espectroscopia ultravioleta del planeta en el periodo 2013-2023.
El WSO-UV tiene una vida nominal de cinco años con una posible extensión a diez años y fecha de lanzamiento 2013. Tiene como objetivos científicos prioritarios: (1) el estudio de la evolución química del medio intergaláctico y de los halos galácticos; (2) el estudio de la evolución de la tasa de formación estelar en las galaxias hasta redshift z=2 (el 80% de la vida del Universo) y en nuestra galaxia; (3) el estudio de los motores gravitacionales – discos y jets – en astrofísica desde los asociados a agujeros negros supermasivos a los producidos en estrellas binarias o los observados en estrellas en formación; y (4) el estudio de la evolución de los discos planetarios jóvenes y del impacto de la radiación ultravioleta en su evolución y en la de las atmósferas planetarias.
Estos objetivos científicos se plasmarán en un programa central (o core programme) que será desarrollado de manera conjunta por todos los miembros del consorcio y que consumirá el 60% del tiempo de observación durante los dos primeros años de operaciones. A partir de este momento el tiempo de observación será repartido en dos fracciones: 60% para los miembros del consorcio y un 40% para la comunidad científica internacional.