Madrid.- UPMSat-2, el segundo satélite desarrollado por la Universidad Politécnica de Madrid, que será lanzado al espacio el próximo 9 de septiembre a bordo de un cohete VEGA, desde Kourou, en la Guayana francesa, proporciona a la industria una plataforma espacial de bajo coste para probar el funcionamiento de sus equipos en órbita.
El ministro de Ciencia, Innovación y Universidades en funciones, Pedro Duque, que asistió este miércoles a la presentación del satélite universitario, destacó el valor educativo del proyecto, que ha implicado a estudiantes y doctorandos para su puesta a punto, así como la importancia del sector aeroespacial español, que cuenta con un alta capacidad formativa y una industria que es referencia mundial en el campo de los sistemas de navegación por satélite.
UPMSat-2 ha culminado con éxito el primero de sus objetivos. Este proyecto, liderado por el Instituto Universitario de Microgravedad “Ignacio Da Riva” (IDR/UPM) y el grupo de investigación Sistemas de Tiempo Real y Arquitectura de Servicios Telemáticos (STRAST) de la Universidad Politécnica de Madrid, ha consistido en el diseño y construcción de un pequeño satélite de 50 kilogramos, en el que la participación de los estudiantes del Grado en Ingeniería Aeroespacial (GIA) y del Máster Universitario en Ingeniería Aeronáutica (MUSE), impartidos en la ETSI Aeronáutica y del Espacio de la UPM, ha sido fundamental.
En los trabajos técnicos que comenzaron hace siete años se han involucrado cerca de 70 estudiantes “adquiriendo una experiencia directa, viendo un sistema espacial en todos sus aspectos, implicándose en todas las fases, desde el diseño preliminar (trabajando en nuestra sala de ingeniería concurrente) a la integración y ensayos”, explica Ángel Sanz, director del IDR. “Estamos orgullosos del trabajo que ha realizado todo el equipo, de su colaboración y entusiasmo, que ha permitido salvar los obstáculos y situaciones complejas surgidas durante el desarrollo del satélite, pero es así como se aprende a resolver problemas en ingeniería”, concluye.
Para el rector de la UPM, Guillermo Cisneros, UPMSat-2 es “un ejemplo de los proyectos que parten de la UPM alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible definidos en la Carta de Naciones Unidas para la Agenda 2030. Los experimentos que se realizarán en la carga útil del satélite permitirán determinar avances de la investigación en múltiples campos pluridisciplinares, realizados en un entorno de colaboración con la Industria y poniendo énfasis en la aplicación de la ingeniería real para mejorar la formación de nuestros estudiantes. Estamos orgullos de ser una universidad pública que ya ha construido y va a lanzar y operar su segundo satélite”.
El segundo de los objetivos de UPMSat-2 es la demostración tecnológica en órbita, esto es, comprobar que los equipos que alberga en su interior funcionan tal y como se ha previsto. Este puede ser el primer paso para que empresas de la industria aeroespacial puedan comercializar sus innovaciones, tras calificarlos en órbita. Los experimentos de la misión son: comportamiento de un conmutador térmico miniaturizado de nuevo desarrollo, propuesto por IberEspacio; pruebas de un magnetómetro experimental de alta sensibilidad, de Bartington; calificación en vuelo de la aviónica (E-BOX), desarrollado por Tecnobit; monitorización de los efectos de la radiación a bordo, propuesto por Tecnobit y STRAST; demostración del funcionamiento de una rueda de reacción en miniatura para control de actitud, de la empresa SSBV; desarrollo de un nuevo sensor solar de bajo coste; experimentos de control térmico y experimentos de control de actitud basados en el campo magnético terrestre, estos últimos todos de interés para el IDR.
En los tres años de vida operativa estimada, UPMSat-2 orbitará la Tierra viajando a una velocidad de 7 km/s, a una altitud aproximada de 500 kilómetros, dará 16 vueltas cada día y pasará cada 12 horas por encima de nosotros, siempre a la misma hora solar. Las comunicaciones se realizarán desde la estación terrena de seguimiento que tiene el IDR en el campus universitario de la UPM en Montegancedo (Boadilla del Monte) y la comunidad de radioaficionados tendrá acceso a la información de funcionamiento del satélite.