White Sands.- El sistema de propulsión de la nave CST-100 Starliner (Crew Space Transportation) de Boeing se puso a prueba el pasado viernes en el Centro de White Sands de la Nasa en Nuevo México. Los equipos realizaron varios ensayos que probaron tanto el sistema de maniobra en el espacio de la nave como el crítico sistema de aborto de lanzamiento.
El CST-100 Starliner ? es un diseño de nave espacial propuesto por Boeing en colaboración con Bigelow Aerospace para el programa CCDev de la Nasa. Su misión principal sería la de transportar tripulaciones a la Estación Espacial Internacional (ISS)? y a estaciones espaciales privadas, como la Commercial Space Station propuesta de Bigelow Aerospace.
La prueba utilizó un módulo de servicio Starliner similar a un vuelo con un sistema de propulsión completo que comprende tanques de combustible y helio, sistema de control de reacción y propulsores orbitales de maniobra y control de actitud, motores de aborto de lanzamiento y todas las líneas de combustible y aviónica necesarias.
Durante el examen:
– 19 propulsores disparados para simular maniobras en el espacio;
– 12 propulsores disparados para simular un aborto a gran altura;
– Se dispararon 22 elementos de propulsión, incluidos los motores de aborto de lanzamiento, para simular un aborto a baja altura.
"Con la seguridad de nuestros astronautas a la vanguardia de todo lo que hacemos, esta prueba exitosa prueba que este sistema funcionará correctamente y mantendrá a Starliner y la tripulación a salvo en todas las fases del vuelo", dijo John Mulholland, vicepresidente y gerente de programas de Boeing's Commercial Programa de tripulación. "El hito allana el camino para la próxima prueba de aborto de la almohadilla y los vuelos hacia y desde la Estación Espacial Internacional más adelante este año".
El desarrollo de una solución segura, confiable y rentable para los servicios de transporte de la tripulación hacia y desde la Estación Espacial Internacional permitirá que las instalaciones de investigación en órbita continúen cumpliendo su promesa como laboratorio de clase mundial. Con la NASA como cliente principal, el Starliner de Boeing está sentando las bases para vuelos comerciales de pasajeros desde y hacia destinos de órbita terrestre baja para incluir astronautas internacionales, científicos e incluso turistas.