Bruselas.- En 2018, unos 334 millones de pasajeros, un 26% más con respecto a 2017, se vieron afectados por los retrasos y anulaciones del transporte aéreo, lo que costó a la economía de la Unión Europea más de 17.600 millones de euros, es decir, un 28% más con respecto a 2017, según los últimos datos publicados por Eurocontrol.
Aunque el tránsito aéreo europeo ha aumentado un 3,8% entre 2017 y 2018, los retrasos se han disparado un 105% debido a una combinación de tres factores: la reducción de la cantidad de controladores aéreos, el aumento de las huelgas de controladores y una organización ineficiente del espacio aéreo.
Tras batir el récord de retrasos el verano pasado, los directores de las compañías aéreas de la Asociación Airlines for Europe (A4E), junto con líderes de la Organización Civil de Proveedores de Servicios de Navegación Aérea (CANSO), de la European Business Aviation Association (EBAA) y Eurocontrol han establecido una declaración relativa a la eficiencia del espacio aéreo, acordando una serie de principios y medidas para mejorar la situación lo más rápidamente posible. Varias de las medidas acordadas en la declaración de noviembre ya se han aprobado y se aplicarán al comenzar el horario de verano de 2019.
“Como se ha visto durante los últimos meses, para que se produzca un progreso real, es fundamental que los responsables operativos y políticos unan sus esfuerzos. Seguimos pidiendo a los gobiernos nacionales y a la UE que consideren la reforma del sistema europeo de gestión del tránsito aéreo como una prioridad política”, declaró Thomas Reynaert, director general de Airlines for Europe (A4E).
Para lograr estos objetivos, la A4E recomienda a los responsables políticos las siguientes medidas y soluciones: reducir el impacto de las perturbaciones locales, acortar los plazos de entrega (dos o tres años) a los controladores aéreos con un despliegue más rápido y flexible, centralizar la gestión de la red europea de tránsito aéreo, aplicar el espacio aéreo transfronterizo durante el próximo mandato de la Comisión, promover un ambiente competitivo en el aprovisionamiento de servicios del Control del Tráfico Aéreo (ATC), exigir que los sistemas de gestión del tránsito aéreo sean interoperables, establecer una regulación económica independiente para los Proveedores de Servicios de Navegación Aérea y hacer los proveedores de servicios de navegación aérea (ANSP) responsables de los 261 costes que resultan de las alteraciones con origen en ATC.