Londres.- La Federación de Medio Ambiente de la Aviación (AEF) prevé que en 2040 las emisiones de CO2 en el sector aéreo se verán incrementadas en un 21% debido a un 42% más de vuelos.
Los combustibles alternativos para la aviación seguirán siendo limitados a corto plazo. Aunque hay un gran potencial en Europa para aumentar la producción de combustible de aviación de origen biológico, se espera que la aplicación por parte de las aerolíneas sea mínima debido a varios factores, incluidos el elevado coste frente a los combustibles convencionales y la baja prioridad en la mayoría de las políticas de bioenergía nacionales.
La introducción de Free Route Airspace ha ahorrado solo el 0,5% de las emisiones totales de CO2 de la aviación entre 2014 y 2017, aunque se esperaba que el enrutamiento directo de los aviones produjera reducciones significativas, de acuerdo al Informe Ambiental Europeo de Aviación (EAER).
Entre 2014 y 2017, la eficiencia del combustible de las aeronaves mejoró un 8% para los vuelos comerciales, manteniendo las ganancias observadas en años anteriores. Entre 2005 y 2017, el consumo promedio de combustible disminuyó en un 24% (2% por año). Sin embargo, el aumento de los vuelos durante este período llevó a un aumento en las emisiones totales. En comparación con 2014, las emisiones brutas de CO2 en 2017 aumentaron en un 10% a 163Mt de CO2 y NOx, lo que tiene un impacto neto en el calentamiento climático cuando se emiten a gran altura, un 12% a 839,000 toneladas.
Este aumento contribuyó a un aumento del 3% en las emisiones netas de CO2 de la aviación europea durante el período de tres años. (Si bien el sistema de comercio de emisiones de la UE impone un límite a las emisiones de los vuelos dentro de la UE, los viajes aéreos desde y hacia Europa desde otros destinos internacionales no están incluidos en el límite).
La aviación ahora representa el 3,6% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE28 (lo que hace que el porcentaje de las emisiones de la UE de la aviación sea superior al promedio mundial).
Por otro lado, el estudio recoge que, a pesar de la introducción de aviones menos ruidosos, en 2017 más personas estuvieron expuestas al ruido que en 2005, hasta los 2,5 millones de personas.
“Esto es particularmente decepcionante, ya que entre 2005 y 2014 el número se redujo, de 2,27 millones a 2,21 millones. Un factor en la reversión de esta tendencia es la desaceleración de las mejoras tecnológicas de la flota. La energía de ruido promedio por vuelo disminuyó solo un 1% entre 2014 y 2017, en comparación con una disminución del 14% entre 2005 y 2017 (equivalente a más del 1% por año)”, aseguran desde la AEF.